Andrés Tascón, un talentoso bailarín caleño, emprendió un viaje a Tel Aviv, Israel, con el sueño de mostrar su arte en tierras extranjeras, sin sospechar que se adentraría en una pesadilla de la que le costaría escapar.
En compañía de su esposa israelí y su pequeña hija de tan solo 1 año, Andrés vivió en carne propia el frío y la crueldad de la guerra en Medio Oriente.
“A las 6:30 de la mañana (del 7 de octubre) me desperté cogiendo a mi hija de 1 añito aún dormida, apretándole su cabecita en mi pecho. Con mi esposa salimos, donde estábamos no había como cubrirnos y las bombas estaban estallando en el cielo encima de nosotros, fue supremamente terrorífico”, narró el bailarín caleño.
La seguridad y la vida de su pequeña hija se convirtió en la prioridad para este bailarín y su esposa. Después de varios intentos fallidos por obtener un vuelo humanitario, tomó la decisión de abordar un vuelo comercial y finalmente aterrizó en Cali hace tres días.
Aunque ahora se encuentra a salvo, lucha por borrar de su mente los traumáticos recuerdos de la guerra que, dice, le marcó su vida.
“Con todo el dolor del alma me tocó venir para Colombia con mi niña, me tocó pensar en mi hija primero”, expresó Orel Sinaí, esposa del bailarín caleño.
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La angustia y la incertidumbre también alcanzaron a la madre de Andrés en Cali. “Fueron días sin poder dormir, pero en mi corazón yo sabía que ellos estaban bien”, contó Carmenza Guampe, madre de Andrés.
“Cada mañana no puedo escuchar que algo suena, porque tengo en mi cabeza esa alarma de bomba a las 6:30 de la mañana del sábado 7 de octubre. Para mí es frustrante todavía”, concluyó el joven.
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Mientras Andrés luchaba por cuidar y salvar a su familia en Tel Aviv, algunos de sus compañeros de baile en Israel aún luchan regresar a casa.
Esta historia, según cuenta el bailarín y su familia, es el recordatorio de la crudeza de la guerra y la fortaleza que tuvo para sobreponerse a la adversidad y salir a un lugar seguro.