La renta vitalicia inmobiliaria, para la cual el Gobierno de Colombia ya tiene una reglamentación, les garantiza un ingreso a adultos mayores que tienen vivienda propia, pero no cuentan con pensión o ingresos suficientes para subsistir.
Este beneficio será ofrecido por las aseguradoras, las cuales, después de hacer los avalúos del inmueble y las expectativas de vida del tomador, entregarán a la persona una renta mensual durante el resto de su vida.
En ese sentido, la vivienda será disfrutada por la persona hasta que muera, pero, después de esto, el inmueble pasará a manos de la aseguradora.
“Se trata de un contrato de seguros, no de un crédito, que le permite a quien lo toma recibir mensualmente un ingreso para ayudarse en la etapa final de su vida, es un complemento por ejemplo del sistema de pensiones”, explicó Miguel Gómez Martínez, presidente de Fasecolda.
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Como este trámite no se trata de una hipoteca, ni de un crédito, la solicitud no se hace ante los bancos, sino mediante contrato con una aseguradora, que brindará las siguientes opciones:
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- Una prima mensual por el resto de su vida, siendo usted el único beneficiario. Para esta modalidad, la mensualidad sería más alta.
- Una prima por el resto de su vida con la posibilidad de retractarse del contrato y recomprar su vivienda.
- Una renta con beneficiarios para que, si usted muere antes de lo previsto, el dinero no desembolsado se entregue a sus familiares.
En las tres modalidades, usted tendrá el disfrute de su inmueble, pagará el avalúo inicial, los servicios públicos y las cuotas de administración.
“Tiene como garantía la vivienda que las personas tienen y que prefieren convertir en un ingreso líquido, la vivienda que tienen para atender sus gastos médicos o necesidades que se presenten en su vida activa”, dijo el presidente de Fasecolda.
Siete de cada diez colombianos mayores de 60 años son propietarios de una vivienda, pero solo tres están pensionados y con mesadas bajas. Para ellos está dirigida esta nueva figura.
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