Que le venden, que no le venden. En ese dilema han estado los accionistas de los grupos Nutresa y Sura durante el último mes después de que el Grupo Nugil, en cabeza de los empresarios Gilinski , pusiera en la mesa la oferta financiera para comprar el 50% y 31%, respectivamente.
“Cerramos el año, entonces, con un suceso que nos puso a pensar a todos por qué no estamos acostumbrados a este tipo de ofertas en el mercado empresarial y en el mercado bursátil colombiano”, dijo el analista económico Andrés Mejía.
Los Gilinski ofrecen por el control de Nutresa 8,6 billones de pesos. Para los accionistas mayoritarios, el monto está muy por debajo de lo que realmente valen las compañías.
“La oferta se aleja significativamente del valor del Grupo Nutresa y su portafolio de inversiones”, ha dicho el Grupo Sura en un comunicado.
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“La junta directiva consideró que la oferta económica presentada de USD 7,71 por acción de Grupo Nutresa no refleja un precio justo, dado que no reconoce el valor fundamental del negocio de alimentos ni de su portafolio de inversiones”, también ha señalado el Grupo Argos en otro comunicado.
Es por esta razón que los accionistas mayoritarios dijeron no y los accionistas minoritarios lo siguen pensando. Ante este panorama, Gilinski no tuvo otra salida que alargar el tiempo de cierre de la oferta por el Grupo Nutresa del 17 de diciembre de 2021 al 12 de enero de 2022.
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“Si bien la prima por ambas compañías va creciendo, debido al comportamiento del dólar, los accionistas aún no parecen tener esa respuesta positiva que se esperaba inicialmente”, afirma la analista financiera Daniela Triana.
Por otro lado, la oferta por Sura arrancó el pasado 24 de diciembre y va hasta el 11 de enero, con posibilidad de que Gilinski también amplíe la fecha si no ve resultados positivos. Hasta el momento, 146 intenciones de venta de Sura han sido aceptadas.
“Es muy posible que estos porcentajes tan bajos hasta el momento del público que quiera hacer parte de este ofrecimiento por parte de la familia Gilisnki se explique frente a la ausencia de información”, indica el analista Diego Franco.
Todo esto hizo que el mercado colombiano se moviera y, para muchos, esta inyección de adrenalina lo hizo más interesante para los inversionistas.
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“Dinamizaron las operaciones en la Bolsa, un mercado como el colombiano, que se reconoce en el mundo como uno donde cotizan las acciones con el precio más bajo de los mercados más rezagados”, señala el analista Orlando Jácome.
Las primeras semanas de 2022 serán candentes, se definirá si Gilinski tiene otra jugada para quedarse con más empresas del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) o si este conglomerado tiene un haz bajo la manga para evitarlo.
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