Guillermo Gómez, vocero de bares y restaurantes, analiza los desafíos de estos sectores que al año mueven 8.4 billones de pesos.
Dentro de las medidas de la cuarentena por cuenta del coronavirus se ordenó que los restaurantes funcionen únicamente bajo la modalidad de domicilio. Esto ha bajado significativamente las ventas y empieza a poner en jaque algunos de los locales, que no tienen cómo sostener sus nóminas y arriendos.
Guillermo Gómez, vocero de Acodres, solicita ayudas del gobierno para que estos sectores se pueda sostener. Algunas de las ideas que, a su criterio serían útiles, son el subsidio de nóminas por un periodo de tres meses, IVA transitorio del 0% en arriendos, que no haya cobro de retefuente y que el Ministerio de Trabajo permita que se recorten las jornadas de trabajo unilateralmente, para poder así conservar los contratos.
Sobre el salchipapa, la comida rápida tan famosa en todo el país, señaló que “lo tenemos identificado como el más relevante en la economía popular” y que tras este hay muchas personas que la ven como oportunidad de emprendimiento debido a que “no requiere mayores conocimientos o mayores procesos. Elaborar una arepae’huevo, una empanada sí lo tienen”.
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Según Gómez, “esto les permite a muchas personas de todas las ciudades del país su subsistencia”.
Por la cuarentena, estos negocios “se cierran, y con ello la posibilidad de subsistencia de muchísimas familias que giran en torno a este plato”, agregó el representante.
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“La fácil preparación permite que determinadas personas que quedan por fuera del mercado laboral puedan acudir a la preparación de alimentos para subsistir”, precisó.