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Noticias Caracol El rastro Estas pistas y pequeños detalles dejaron al descubierto a autores de varios crímenes en Colombia

Estas pistas y pequeños detalles dejaron al descubierto a autores de varios crímenes en Colombia

En El Rastro, vea investigaciones que revelaron cómo los más mínimos elementos se convirtieron en pistas clave para resolver homicidios y detener a peligrosos criminales.

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A veces, los crímenes más elaborados quedan al descubierto por los detalles más mínimos: una pisada fuera de lugar, una llamada, mensaje de texto o una versión contradictoria. Algunos asesinatos han sido resueltos gracias a pistas aparentemente insignificantes que, al ser analizadas con precisión, condujeron hasta los responsables. El Rastro recopiló unos de los crímenes más comentados y reveló cómo pequeños indicios se convirtieron en piezas clave para resolverlo.

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Cada caso es un rompecabezas en el que los investigadores deben prestar atención a aquello que muchos pasarían por alto. Estas investigaciones revelaron cómo pequeños detalles se convirtieron en pistas clave para resolver los crímenes.

Crucifijo y tarjeta SIM: claves en la investigación


Jenny Castro tenía 15 años cuando fue brutalmente asesinada en una zona rural de Barbosa, Santander. Los hechos ocurrieron la noche del 11 de febrero de 2014, cuando la joven recibió una misteriosa llamada y salió de su casa. Desde entonces, su familia no volvió a saber nada de ella.

Un campesino encontró el cuerpo de la menor y alertó a las autoridades, quienes hallaron en el lugar una tarjeta SIM quebrada, huellas de calzado y una camándula que resultaría clave para la investigación.

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Los familiares de Jenny contaron que la joven había terminado una relación sentimental con Jeffer Armando Molina, de 22 años, cuando ella vivía en Bogotá. La relación duró seis meses y, según él, terminó tras descubrir una supuesta infidelidad.

Crimen de joven en Santander
Jenny Castro, de 15 años, fue asesinada en Barbosa, Santander.
El Rastro

A finales de 2013, la hermana mayor de Jenny Castro la invitó a regresar a Santander y a vivir con ella en ese municipio. Durante el cumpleaños de su sobrino, Jenny conoció a Sergio Gerena, un joven de 18 años que resultó ser hermano de David, el esposo de su hermana.

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Un mes después, Jenny desapareció sin dejar rastro. Su hermana le aseguró a las autoridades que la joven estaba embarazada. Por otro lado, uno de los pretendientes de Jenny afirmó que ella mantenía una relación clandestina con Sergio, lo que llevó a la Fiscalía a ordenar un allanamiento en la vivienda del joven, luego de comprobar que él se encontraba en el mismo lugar y a la misma hora en que ocurrieron los hechos del crimen.

Los investigadores notaron que el sospechoso llevaba una camándula incompleta, sin el dije, lo cual coincidía con el objeto hallado en la escena del crimen. Ante la contundencia de las pruebas en su contra, en septiembre de 2014, Sergio aceptó los cargos por el homicidio de Jenny y fue condenado a 25 años de prisión.

Falsos mensajes destaparon el crimen


Gina Paola Manrique, de 39 años y madre de dos hijos, fue hallada muerta en su casa el 18 de noviembre de 2017, luego de que su exesposo alertara a las autoridades sobre el hallazgo. El cuerpo de la mujer fue encontrado con una soga alrededor del cuello. Todo apuntaba a un suicidio, pero la investigación terminaría revelando un macabro crimen.

Los hechos ocurrieron en la vivienda de la mujer, en Neiva, durante la noche. Al día siguiente, Édgar Alexander Calderón afirmó que había llegado a la casa para recoger a sus hijos cuando se encontró con la desgarradora escena. La expareja de la víctima entregó a las autoridades las conversaciones que había sostenido con ella la noche anterior.

Crimen en Neiva
Gina Paola Manrique, de 39 años, fue hallada muerta en su casa el 18 de noviembre de 2017. Su exesposo estaría involucrado en el crimen.
El Rastro

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Aunque inicialmente se manejó la hipótesis de que ella se había quitado la vida, las múltiples inconsistencias en la escena del crimen, sumadas a los resultados de la autopsia, revelaron una versión muy distinta de lo ocurrido.

Los mensajes que la mujer envió a su exesposo reflejaban un profundo deseo de acabar con su vida. En uno de ellos escribió: “Puedo estar feliz por fuera, pero muerta por dentro”, dejando al descubierto un sufrimiento emocional que aparentemente atravesaba.

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Los investigadores revelaron que la posición y las características de la marca en el cuello de Gina Paola no coincidían con las típicas de un suicidio, lo que despertó serias dudas sobre la versión inicial. Además, se determinó que los mensajes no fueron escritos por ella, sino por su expareja, quien los habría enviado con la intención de encubrir el crimen.

Tras la solicitud de captura, Édgar Alexander Calderón fue condenado a 43 años y 6 meses de prisión por el delito de feminicidio agravado y fue recluido en una cárcel en el municipio de Rivera, Huila.

Seguimiento de llamada reveló macabro plan


Amparo Pacheco, de 35 años, era una reconocida empresaria en El Espinal, líder en ventas por catálogo y prestamista. El 3 de agosto de 2012, su cuerpo fue hallado sin vida, y desde el inicio surgió la hipótesis de un posible asesinato motivado por una deuda.

Tres años después del crimen, las autoridades analizaron las llamadas telefónicas que Amparo recibió el día del homicidio. Una de ellas resultó clave para esclarecer la identidad del presunto responsable. El número pertenecía, en apariencia, a una mujer llamada Maritza Bocanegra, un nombre desconocido para la familia.

Crimen en El Espinal
Amparo Pacheco, de 35 años, fue hallada sin vida en El Espinal. Una llamada dejó al descubierto al autor de este crimen.
El Rastro

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Sin embargo, la investigación reveló que la línea estaba realmente a nombre de María Clemencia, quien había usado una identidad falsa para comunicarse con Amparo. Al ser interrogada, confesó que había prestado ese número a Jenny Paola Torres, la verdadera interesada en contactar a la víctima.

El 14 de diciembre de 2015, las autoridades ordenaron la captura de Jenny Paola Torres y su madre, Marta Castro, al establecerse su presunta participación en el crimen. Según la Fiscalía, ambas habrían actuado motivadas por el deseo de quedarse con el cargo que ocupaba Amparo en la empresa.

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En 2018, ambas mujeres fueron recluidas en la cárcel La Picaleña, en Ibagué. Un juez las condenó a una pena de 17 años de prisión por el delito de homicidio.

En estos casos, cada uno de los elementos fue clave para resolver los crímenes. Sus historias reflejan que los rastros más pequeños pueden desentrañar los misterios más oscuros y convertirse en el camino hacia la justicia.