Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Durante estas fechas es común que las personas decidan acompañar sus celebraciones con el consumo de alcohol. Brindis, cenas, fiestas familiares o encuentros con amigos suelen estar marcados por bebidas que simbolizan alegría y cierre de ciclos. Sin embargo, lo que comúnmente se ignora es lo que viene después de una noche de fiesta y consumo excesivo, el temido guayabo o resaca, una experiencia que puede arruinar el inicio del nuevo año y afectar seriamente la salud.
Por eso, más allá de juzgar o prohibir, es importante hablar de responsabilidad, prevención y autocuidado. Disfrutar no debería significar poner en riesgo el bienestar propio ni el de los demás. A continuación, le compartimos una serie de consejos prácticos para evitar el guayabo y, en caso de que aparezca, saber cómo tratarlo de forma segura.
De acuerdo con la Clinica Mayo, la resaca se refiere al conjunto de síntomas desagradables que aparecen después de ingerir grandes cantidades de alcohol.
Entre los más frecuentes se encuentran el dolor de cabeza, mareos, náuseas, fatiga, sensibilidad a la luz y al sonido, latidos cardíacos acelerados, ansiedad, irritabilidad e incluso estados de ánimo depresivos. Estos efectos se deben principalmente a la deshidratación, la alteración de los niveles de azúcar en sangre, la irritación del estómago y el esfuerzo adicional que realiza el hígado para metabolizar el alcohol.
Generalmente, estos síntomas pueden empeorar dependiendo del consumo de alcohol de la noche o el día anterior. A pesar de esto, no hay una forma segura de saber cuánto alcohol consumir, pero sí existen acciones que pueden evitar consecuencias peores.
La manera más efectiva de no sufrir una resaca es evitar el consumo de alcohol. No obstante, si una persona adulta decide beber, hacerlo con moderación y conciencia es clave.
Uno de los consejos más repetidos, y más efectivos, es comer antes de beber. Ingerir alimentos, especialmente aquellos que contienen proteínas y grasas saludables, ayuda a ralentizar la absorción del alcohol en el organismo. Beber con el estómago vacío acelera la intoxicación y aumenta la probabilidad de una resaca intensa.
Otro punto fundamental es hidratarse constantemente. Tomar un vaso de agua entre cada bebida alcohólica no solo reduce el consumo total, sino que también combate la deshidratación, una de las principales causas del guayabo. Asimismo, se recomienda beber lentamente y evitar mezclar diferentes tipos de alcohol en una misma noche.
Elegir con cuidado el tipo de bebida también puede marcar la diferencia. Algunas bebidas contienen más congéneres, es decir sustancias del mismo tipo u origen, que se producen durante la fermentación, y están asociadas a resacas más fuertes. En general, las bebidas claras tienden a generar menos malestar que las oscuras, siempre que se consuman con moderación.
Un aspecto que no puede pasarse por alto durante las celebraciones es la protección de los menores de edad. Es fundamental evitar el consumo de alcohol frente a niños y adolescentes, o al menos mantener estas bebidas fuera de su alcance. Los menores pueden confundirlas con refrescos y llegar a ingerirlas accidentalmente, lo que puede desencadenar emergencias médicas graves.
Publicidad
De igual forma, es indispensable no consumir alcohol si se va a conducir. El alcohol disminuye los reflejos, afecta la percepción y multiplica el riesgo de accidentes de tránsito, que pueden cobrar la vida del conductor y de terceros. Celebrar nunca debe implicar poner en peligro la vida.
Además el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) lanzó una alerta clara frente a una práctica cada vez más común durante celebraciones y fiestas mezclar bebidas alcohólicas con sueros o sales de rehidratación oral. Según explicó Francisco Rossi, director general de la entidad, estos productos “son medicamentos y no fueron diseñados para acompañar bebidas alcohólicas no para tratar el guayabo”. En entrevista con Noticias Caracol.
Publicidad
Rossi advirtió que esta combinación puede resultar peligrosa, ya que los sueros contienen concentraciones específicas de sodio y potasio destinadas a corregir deshidrataciones causadas por infecciones, no por consumo de alcohol. “Combinados con alcohol pueden tener efectos secundarios serios”, señaló, al insistir en que su uso inadecuado puede generar más riesgos que beneficios.
Entre los efectos más preocupantes, el director del INVIMA mencionó alteraciones graves en el organismo derivadas de desequilibrios hidroelectrolíticos. “Ya hemos tenido varios casos en los que la descompensación termina en arritmias, bloqueos cardíacos, síncopes o trastornos neurológicos y de conciencia”.
El funcionario recalcó que el alcohol por sí solo ya produce deshidratación y cambios en el funcionamiento del cuerpo, por lo que sumar un medicamento mal utilizado “no es una ayuda, el riesgo existe”. Por ello, el llamado de las autoridades sanitarias es a no automedicarse, volver a métodos básicos de hidratación como el agua o los caldos y entender, como concluyó Rossi, que “un medicamento es un medicamento y no puede ser utilizado para lo que no fue diseñado”.
Lo mismos riesgos ocurren con el consumo de sustancias como drogas o bebidas energizantes que pueden alterar el corazón y el sistema nervioso.
Si pese a las precauciones aparece la resaca, lo primero es entender que no existe una cura milagrosa inmediata. La mayoría de los guayabos desaparecen en un periodo de 24 horas, y la recuperación depende en gran medida del descanso y el tiempo.
Publicidad
Para aliviar los síntomas, se recomienda:
Algunos remedios populares como jugos de fruta o miel suelen recomendarse, aunque la evidencia científica sobre su efectividad es limitada. Aun así, pueden contribuir a la hidratación y al aporte energético. La recomendación más importante es que en caso de alguna gravedad o falta de aliento severa asistir al médico.
El cierre de año es un momento para celebrar, reflexionar y compartir. Hacerlo con responsabilidad permite que la alegría no se transforme en malestar ni en tragedia. Conocer los límites del propio cuerpo, proteger a los menores, evitar conductas de riesgo y priorizar la salud son decisiones que marcan la diferencia.
Publicidad
Celebrar con conciencia no solo ayuda a evitar el guayabo, sino que garantiza que el nuevo año comience con bienestar, claridad y, sobre todo, con vida.
HEIDY ALEJANDRA CARREÑO BELTRAN
NOTICIAS CARACOL