
De reina de la droga a aconsejar a las jóvenes de las favelas para que “no se enamoren de bandidos”

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Fabiana Escobar fue la esposa de uno de los narcotraficantes más poderosos de Río de Janeiro, cuando este fue capturado ella pasó a dirigir el negocio.
Los primeros 12 años de matrimonio de Fabiana fueron cual cuento de hadas. Su esposo, Saulo de Sá Silva, era un simple cartero que ganaba lo suficiente para mantener a ella y sus dos hijos en una casa de las favelas. Según Fabiana: “Era una familia perfecta, de esas que ven la serie en el sofá y que cenan lo mismo todos los fines de semana”.
El idilio familiar se acabó cuando las deudas comenzaron a acumularse. La actitud de Saulo cambió, de un momento a otro pasaba más y más tiempo chateando y llamando por el celular. “Lo primero que pensé es que estaba con otra, pero nos llevábamos muy bien en la cama, así que enseguida lo descarté”, cuenta la brasileña. Lo que ella no sabía era que, a través de su móvil, su esposo controlaba su naciente negocio de tráfico de droga.
Saulo comenzó a transportar marihuana dentro de las cartas. Cuando el negocio fue más rentable, se expandió al tráfico de cocaína. En pocos meses este se convirtió en el número dos del tráfico de drogas en Río, controlando la favela de la Rocinha.
Publicidad
La vida de Fabiana cambió del cielo a la tierra. De un humilde hogar pasó a mansiones decoradas con fusiles en paredes, fiestas repletas de alcohol y una servidumbre que atendía todas sus necesidades. “Teníamos un séquito de hombres que nos servía. Hasta cuando estábamos enguayabados nos traían agua tónica y nos ponían un balde al lado para vomitar”, cuenta Fabiana.
No todo fueron lujos y comodidad, a la vida de Escobar y su familia llegaron las escenas escabrosas del mundo de la mafia. Esta mujer recuerda duros momentos como cuando su esposo mató a un rehén que tuvo en el baño de la casa por varios días y la noche en que unos maleantes levantaron a la familia apuntándoles con un arma en la cabeza.
Publicidad
Cuando a Saulo lo capturaron, Fabiana se hizo cargo del negocio. Ella, conocida en el mundo de la mafia como la Baronesa de la coca, pasó a controlar una de las refinerías de cocaína más grandes de la ciudad, producía entre 150-180 kilos de alcaloide por semana.
Gracias a Fabiana, Saulo tenía privilegios dentro de la prisión. “Me convertí en una esclava de la situación. Tuve que montarle una casa en prisión: videojuegos, cocina eléctrica, aire acondicionado. Todo lo que ganaba era destinado a pagar la comodidad de mi marido en prisión”, cuenta Fabiana.
Cansada de la situación, decidió abandonar a Saulo y el mundo de la droga.
Ahora, la vida de la baronesa de la coca volvió a cambiar. Vive con sus dos hijos en arriendo arriba de una tienda e invierte la mayor parte de su tiempo en un grupo de cine independiente de Rocinha.
Publicidad
Fabiana plasmó sus vivencias en el mundo del crimen en un libro llamado ‘Peligrosa’, que se ha convertido en bestseller en Brasil. Además, tiene un blog en el que cuenta sus experiencias y aconseja a las mujeres relacionadas con figuras de la mafia para que se alejen de ese mundo.