La abuelita canadiense Albina Foisy, de 101 años, no dudó un instante en pedirle a su hijo Armand que la dejara bajar del auto, en medio de un bosque nevado, para acto seguido armar una bola de nieve y arrojarla tan lejos como pudo.
Una sonrisa infantil, de esas que van de oreja a oreja, se dibujaba en el rostro de Albina mientras jugaba. Su hijo, emocionado también como ella, encendió su cámara y comenzó a grabar.
El video, de 1,40 minutos de duración, fue publicado en el perfil en Facebook de Armand con la siguiente leyenda: “Aquí está la prueba de que si encuentras pura alegría en las cosas simples, puedes vivir cien años”.
Here's proof that if you find pure joy in the simple things you can live a 100 years.Posted by Armand Foisy on Miércoles, 18 de noviembre de 2015
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Con más de tres millones de reproducciones, los usuarios le dan hoy la razón.
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Acompañe a Mufasa en su camino a la libertad
El hombre no alcanza siquiera a imaginar la vida miserable que puede llegar a tener un animal salvaje alejado de su hábitat y condenado a permanecer en una jaula por años. Esa es la historia del puma Mufasa que, por fortuna, ha tenido un final feliz.
Encadenado y en las peores condiciones, así fue rescatado Mufasa hace seis meses, en el norte de Perú. La organización Animal Defenders International (ADI) logró arrebatárselo a su captor, un circo ambulante.
Mufasa había sido raptado cuando era tan solo un cachorro y vendido en una tienda de animales domésticos.
Por tierra y agua, recorrió su camino a la libertad, o mejor, a su nuevo hogar: la reserva natural Tambopata.
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En ese bosque protegido, Mufasa espera terminar sus días tan libre como sus propias fuerzas se lo permitan y muy lejos de su torturador, el hombre.
Justino, el hombre más querido en Navidad
Se acerca la Navidad y con ella hay que tener pañuelos a la mano para recibir las historias más conmovedoras del año, como la de Justino, el vigilante nocturno de una fábrica de maniquíes.
Disipa su soledad con las figuras humanas que cuida y que le hacen sus jornadas más llevaderas. Él, sin embargo, quiere compartir con alguien.
Justino encuentra una forma ingeniosa de comunicarse con los demás empleados, usando los maniquíes. Nadie sabe que este hombre humilde está detrás de esos mensajes.
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“En su afán por hacer cosas por los demás, Justino se llegará a olvidar de sí mismo, pero el destino querrá que sus compañeros no se olviden de él”, reza el mensaje que acompaña este cortometraje de 3:38 minutos que ablanda el corazón.
La historia de este guardia de seguridad dejó de ser un simple comercial para convertirse en uno de los videos más vistos cerrando el año. Superaba este martes los tres millones de reproducciones.