Adalynn Leary, de dos años, comenzó a sufrir de insomnio, después de que un terremoto azotara el pueblo donde vive.
“Tuvimos cerca de cinco mil réplicas. Desde entonces, Ady ha venido experimentando una ansiedad muy fuerte y problemas de sueño”, recordó Kyle Leary, el padre de la niña.
En noviembre del 2018, un sismo de magnitud 7 en la escala de Richter, afectó la ciudad de Palmer, Alaska, y la vivienda de los Leary no escapó al castigo de la naturaleza.
Una noche, la niña llamó a su mascota, una enorme perra pitbull llamada Fury, para que se acostara con ella en la cuna. Ady la abrazó y se quedó dormida.
“La única forma de que ella duerma es que Fury esté con ella, para protegerla y ayudarla a calmar su ansiedad”, escribió Leary en Facebook.
Aunque los padres de Adalynn perciben esta relación como sanadora, el video en el que se ve a la niña durmiendo con su pitbull ha generado opiniones divididas en las redes sociales.
¿Conveniente? ¿Peligroso? Lo cierto es que la escena grabada por una cámara de monitoreo en el cuarto de Adalynn suma ya 30 millones de reproducciones en la red social Facebook.