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Jaqueline García Gómez, inspectora de seguridad industrial en Cali, vivió una pesadilla que se convirtió en una tragedia nacional en 2021, un drama que expuso la falla crítica del sistema de protección en Colombia. Su historia con Miguel Ángel Mesa Arteaga, un ayudante de construcción, comenzó como una novela romántica: se conocieron en 2015, se casaron en 2016 y tuvieron dos hijos, la niña nació en el 2018 y en 2020 el pequeño Salvador.
Sin embargo, tras la fachada de la familia se escondía un patrón de control. Jaqueline narró que Miguel Ángel era muy celoso. Él revisaba su celular, incluso llegando a pedirle que dejara su empleo bajo la excusa de que "si yo trabajaba era porque me gustaba ver a los hombres", señaló la mujer en Séptimo Día. Lo más preocupante era el control económico: "Él me manejaba mi dinero siempre. Yo tenía que decirle cuánto ganaba, que lo iba a gastar y a quién le iba a prestar".
La relación tocó fondo cuando, tras una discusión, él le arrojó un vaso, lo que la llevó a tomar la decisión de separarse, pero a las dos semanas se dio cuenta que estaba embarazada de Salvador.
Aunque se reconciliaron temporalmente por el embarazo de Salvador, los problemas regresaron tan pronto como Jaqueline terminó su licencia de maternidad y volvió al trabajo. Un día regresó a su casa y la encontró vacía: "Muebles, nevera, televisor, cama, todo, todo lo de la casa, la ropa de él, mi ropa. Lo único que estaba en mi casa era la pieza de la niña y la ropa del niño".
Él se fue un mes y cuando volvió Jaqueline se negó a regresar con él. Miguel Ángel, entonces, pasó del ruego al acoso constante. Empezó a llamarla tarde, a la una de la mañana, y a vigilarla en su lugar de trabajo, preguntándole a qué hora entraba y salía.
En febrero de 2021, Jaqueline se vio obligada a recurrir a las autoridades. "Yo en febrero del 2021 puse la denuncia con la Fiscalía, con la Comisaría de Familia," relatando que él la perseguía "con el pretexto de ver a los niños iba a cualquier hora a mi casa". La Comisaría de Familia en Cali impuso una orden de restricción y alejamiento que prohibía a Miguel Ángel acercarse a Jaqueline.
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Por un lado, la orden le decía a la Policía que él no se podía acercar, pero, por otro lado, le entregaron un papel donde decía que Miguel tenía derecho a ver a los niños tres días a la semana, una hora cada día.
Esta ventana legal fue utilizada por el agresor para mantener el control. Jaqueline afirmó que la medida no sirvió de nada, pues él se acercaba "y quería buscar problemas, se me acercaba a besarme, obligarme a estar con él y cosas así". Cuando se le preguntó si la medida de alejamiento le había servido, su respuesta fue tajante: "No, nada, absolutamente nada. Él siguió con las mismas amenazas, siguió buscándome, siguió llamándome, siguió persiguiéndome, todo igual", dijo.
El hombre aseguró que se iría a vivir a Tumaco y ya no respondería por los niños, pero cinco meses después de haberse ido, Miguel Ángel reapareció en la vida de Jaqueline con la misma excusa. El sábado 23 de octubre de 2021, él le solicitó llevarse al bebé, Salvador, de solo 14 meses. Jaqueline accedió, dándole dos horas.
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Cuando Miguel Ángel no regresó a la hora acordada, Jaqueline lo llamó. Él le dijo que el niño se quedaría con él porque hacía mucho que no lo veía. A las 5 de la mañana del día siguiente, Jaqueline le escribió para reclamar. La respuesta de Miguel Ángel fue una declaración de intenciones macabra: "No se lo va a llevar. Esta es mi venganza por no querer volver conmigo. Olvídese del niño para siempre".
Alarmada, Jaqueline sintió que su hijo estaba en grave peligro y decidió buscar ayuda. Sin embargo, en cada entidad encontró una respuesta desalentadora. En la Fiscalía, le dijeron: "No le va a pasar nada porque él está con el papá y nosotros aquí no podemos hacer nada. Váyase para la casa que cuando el señor se aburra con el niño se lo va a llevar".
En la Policía de Infancia y Adolescencia, el trato no fue diferente: "No, el niño no está desaparecido. El niño no le va a pasar nada, está con su papá. Eso es normal".
Jaqueline recuerda el dolor de esos días: "Yo duré una semana buscando a mi hijo. Íbamos a la Policía, a la Comisaría, a Fiscalía, al Gaula, a la Personería, mejor dicho, yo fui a un poco a instituciones y en todas me decían que mi hijo estaba bien y que a mi hijo no le iba a pasar nada", recordó.
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El miedo de Jaqueline se hizo realidad el domingo 31 de octubre de 2021. Siete días después de que el padre se llevara al bebé, las autoridades confirmaron el hallazgo de un cuerpo en zona rural de Palmira, Valle del Cauca. El cuerpo, según Medicina Legal, llevaba al menos seis días en estado de descomposición.
Poco después, Miguel Ángel Mesa fue capturado en zona rural de Tumaco. El hombre confesó ser el asesino de su hijo.
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Miguel Ángel fue rápidamente condenado a 33 años de prisión por los delitos de violencia intrafamiliar, homicidio agravado y desaparición forzada. "Él decía que había hecho eso con el niño porque ya no sabía qué más hacerme para que yo no estuviera bien. Él ya sabía que yo no lo iba a perdonar nunca y que él no podía permitir que yo fuera feliz sin él", señaló.