Javier Olivera y Marie de la Sagesse tenían una relación estable y pensaban casarse al terminar la universidad, pero dicen que Dios tenía otros planes para ellos.
Se conocieron cuando eran niños, ya que sus familias crecieron en la fe católica y sus padres eran amigos desde jóvenes. Cuentan, en entrevista con ACI Prensa, que compartieron siendo infantes, pero que en la adolescencia dejaron de hacerlo.
Después de un tiempo, volvieron a tener contacto y se dieron la oportunidad de ser novios. Para ese entonces, ambos eran estudiantes de Derecho en Argentina.
“Era un noviazgo como cualquier otro, pero intentábamos aprovechar la vida cultural a través de la música, la literatura y la filosofía. Teníamos un grupo de amigos con los que asistíamos a las conferencias de los autores católicos argentinos”, cuenta Olivera en entrevista con ACI Prensa.
Un día, sin esperarlo, el hermano mayor de Olivera les confirmó que ingresaría al seminario de Mendoza. En ese momento, se cuestionaron sobre “¿Qué pasaría si Dios nos llamara a la vida religiosa? La primera cosa que dijimos fue que ‘no’ y que era una locura porque estábamos en un hermosísimo noviazgo y ya estábamos comprando las cosas para casarnos”, relató Javier.
Pasaron los días y el joven se hacía la misma pregunta: “¿Por qué no ser sacerdote?”. Ante sus constantes dudas afirma que recibió una señal y descubrió su vocación.
Después de pensarlo, le contó a su prometida y, sin imaginárselo, ella también le aseguró que en su cabeza rondaba la misma pregunta sobre ser monja.
Ambos tuvieron asesoría espiritual por parte de un monje y, después de meditarlo, se dieron cuenta de que habían nacido para servir al Señor.
Al terminar de estudiar, en el 2008, “él se ordenó sacerdote y ella realizó sus votos perpetuos”.
Esta es la entrevista completa de ACI Prensa aquí
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Updated: abril 13, 2018 07:26 a. m.