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En medio del bullicio decembrino y las luces de Navidad, un pequeño gesto logró detener por un momento la rutina de quienes transitaban por un centro comercial en Yucatán, México. Un perrito callejero, sin nombre y sin hogar, se llevó un peluche de una tienda Miniso, una escena que rápidamente captó la atención y terminó por conquistar a miles de personas en redes sociales.
De acuerdo con lo informado por medios locales, el canino deambulaba por los alrededores de la plaza Las Américas. Como muchos animales en situación de calle. Fue en ese contexto que, impulsado por la curiosidad y su instinto juguetón, ingresó al establecimiento y tomó un peluche.
El perrito salió corriendo con su nueva compañía, jugando con ella como si se tratara de un regalo largamente esperado. La escena, presenciada por varios clientes, despertó sonrisas y reacciones de ternura. Ante lo ocurrido, algunas personas se organizaron para pagar el peluche y asegurarse de que el animal no fuera reprendido por el personal del lugar.
@alehdezrivero Feliz con su peluche que tomó prestado de @Miniso Mx Mérida plaza las Américas 🥰❤️❤️ #miniso #perritostiktok #perritofeliz #meridayucatanmexico #doggylover
♬ Monkeyshine NO PERC-JP - Lt FitzGibbons Men
El momento fue grabado por uno de los testigos y compartido en redes sociales. En cuestión de horas, el video se volvió viral, generando una ola de comentarios cargados de empatía y solidaridad. Usuarios de distintas regiones comenzaron a preguntar por el estado del perrito, a ofrecer ayuda y a expresar su deseo de que no regresara a las calles.
Poco después se conoció que el animal ya había sido rescatado oficialmente el pasado 20 de diciembre. Sin embargo, tras una serie de travesuras, logró escapar por la ventana del lugar donde se encontraba. Gracias a la difusión del video, fue posible ubicarlo nuevamente y regresarlo sano y salvo al hogar donde hoy recibe cuidados.
Actualmente, el perrito duerme bajo un techo, cuenta con alimentación diaria, atención veterinaria y el afecto constante de quienes lo rodean. Además, recibió un nombre que ahora lo identifica: Thor, una elección que contrasta con su carácter juguetón y la ternura que despertó en miles de personas.
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Más allá de la anécdota, la historia de Thor se convirtió en un recordatorio de cómo un gesto sencillo puede generar un impacto significativo. En plena temporada navideña, su caso volvió a poner sobre la mesa la realidad de los animales en situación de calle y la importancia de la empatía en la sociedad para transformar vidas, incluso en medio del ritmo acelerado de la ciudad y el consumismo.
HEIDY ALEJANDRA CARREÑO BELTRAN
NOTICIAS CARACOL