Carlos Iván Sánchez, de 27 años, se ganó la lotería genética pues padece el Síndrome de Prader-Willi, un trastorno genético con múltiples síntomas, pero con una característica particular: un hambre voraz. Él pasó los primeros años de su vida de especialista en especialista hasta que por fin se descubrió que padecía.
María Elvira García, madre de Carlitos y presidenta de la Asociación Colombiana del Síndrome de Prader-Willi, vive pendiente de la alimentación de su hijo para que mantenga el peso ideal. Solo una de cada 20 mil personas en el mundo padece este trastorno que no es heredado ni congénito.