Es una enfermedad invisible pero real, el dolor crónico incapacita y altera absolutamente toda la vida de quien lo padece. La periodista Clara Estrada ha tenido la audacia de aprender hasta a respirar con dolor, es como su segunda piel. Primero fue un cáncer con pésimo pronóstico y luego lupus, pero ahora que está fuera de peligro, asumió la sentencia médica de que ella tiene que aprender a vivir con el dolor.
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Se dice fácil, pero si en una escala de 1 a 10 a usted le duele siempre entre 6 y 7 cuando está de buenas, cómo puede ver el lado positivo de una enfermedad incapacitante como el dolor crónico, pues Clara Estrada, un cáncer de cadera la llevó a tener un propósito muy diferente, encontró en su enfermedad una oportunidad para crecer, para vivir cada instante a plenitud y de paso inspirar a tantos que viven atados a un cuerpo y a una existencia adolorida.