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Su nombre completo es Francisco José de Roux Rengifo, pero todos le dicen solo Pacho. Pacho de Roux. Y esa simplificación cariñosa de su nombre ya dice bastante. Es sacerdote jesuita, filósofo y economista. Un tipo sencillo, sensato y mesurado que lleva toda la vida andando por Colombia, y que se ha convertido en un líder indispensable en medio de la polarización y tanta violencia. Precisamente por su talante humanista, aceptó el reto de buscar la verdad, un camino que ha recorrido con fe ciega y rectitud. Con amigos y enemigos, pero en la mitad todos coinciden en que nadie como él para cargar con semejante cruz.
Desde hace tres años, sin sotana, construyendo la paz, escuchando todas las orillas y luchando porque nuestro país sea más justo, el presidente de la Comisión de la Verdad, el ente que debe revisar las peores atrocidades cometidas en el conflicto, prepara su informe final con la esperanza de que sirva para que la barbarie no se repita y avanzar hacia la reconciliación y la paz. Los Informantes acompañó al padre Francisco de Roux al Magdalena Medio, en donde le asesinaron 25 compañeros durante los peores años de la guerra.
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