En Colombia las minas antipersonales, estos artefactos explosivos monstruosos que han dejado más de 12.100 víctimas desde 1990 en Colombia, no son un problema del pasado. Las guerrillas las siguen usando, las dejan enterradas en los campos y los caminos y son como un gigante dormido y mortal. ¡y eso no es todo! Hay una escuelita en el Catatumbo cercada de minas. Los niños van a aprender a leer y escribir, pero también por dónde deben caminar.
En Colombia, una de cada cuatro víctimas civiles de minas antipersonales es un niño o una niña y como no si los grupos armados que no conocen los límites, además de sembrar los campos y los caminos de minas, se entierran también alrededor de las escuelas. Los Informantes viajó hasta el Catatumbo y acompañó a un grupo de niños a clase, caminando siempre alerta, pues su colegio está en medio de un campo minado.