Diez años después de una operación en la que no se disparó un solo tiro, ambos reviven los sentimientos de miedo y ansiedad de esas horas en las que 15 personas recobraron la libertad.
El teniente Malagón recuerda en medio de la selva, en la que a veces se siente asfixiado, cómo los encadenaban del cuello, cómo se peleaban por tener un rayo de sol sobre sus cabezas y cómo hacía para no enloquecer durante la década que estuvo bajo el yugo de las FARC.
Odisea de uno de los 14.600 niños cubanos de la operación Peter Pan para ver a su madre moribunda Para el futbolista Santiago Arroyave, que desafía todos los pronósticos, no existen límites