Era amante también de la música, de descubrir sabores nuevos. Así se enamoró de La Palma, Cundinamarca, un municipio desvastado por la violencia pero que en su suelo logró encontrar el motor para su cocina silvestre.
Cuando el sonido del violín retumba ante las balas: así suena Wuilly Arteaga Soy grande de corazón: Edward Niño, el hombre más pequeño de Colombia