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A pareja le tocó sentarse junto a perro que “se tiraba gases” en un vuelo y ahora pide reembolso

De acuerdo con la pareja, el perro, que iba como apoyo emocional de otra pasajera, pasó gran parte del vuelo de París a Singapur, que tiene una duración de 13 horas, tirándose flatulencias y resoplando.

Pareja exigió reembolso a una aerolínea porque les tocó sentarse con un perro que “se tiraba pedos”
Según la pareja, el olor que flotaba alrededor del perro se volvió insoportable debido a las constantes flatulencias del animal.
Stuff.

Para muchas personas, volar en avión puede representar una molestia, especialmente en largos trayectos, por lo que buscan la forma de hacer el viaje lo más cómodo y tranquilo posible. Sin embargo, este no fue el caso de Gill y Warren Press, una pareja que pidió un reembolso a la aerolínea Sigapore Airlines, luego de que, según ellos, tuvieran que aguantar un vuelo de 13 horas encerrados en la cabina de un avión junto a un perro que no dejaba de tirarse gases.

De acuerdo con los Press, que viajaban desde París con destino a Singapur, el animal “resoplaba” y se “tiraba gases” de manera descontrolada. Al parecer, el perro era de apoyo emocional y estaba debajo del asiento de una pasajera junto a la pareja, a más de 30 mil pies de altura.

“Escuché este ruido: un fuerte resoplido. Pensé que era el teléfono de mi marido, pero miramos hacia abajo y nos dimos cuenta de que era el perro respirando. Dije: 'No voy a tener esto sentado a nuestro lado durante todo el viaje'”, declaró Gill Press al medio Stuff.

La pasajera, que viajaba en clase premium, estaba evidentemente molesta por la situación así que le solicitó a una azafata que la cambiaran a ella y a su esposo de asientos, pero la respuesta fue que solo habían puestos disponibles en clase económica. Por este motivo, rehusándose a cambiar de categoría, decidieron quedarse allí, con el perro.

Según la pareja, el olor que flotaba alrededor del perro se volvió insoportable debido a las constantes flatulencias del animal, que además empezó a ocupar el espacio de las piernas de Warren.

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Gill relató en el medio anteriormente mencionado que el dueño de la mascota en cuestión “no podía tener al perro en el pasillo porque no podían pasar los carritos, así que tuvo que entrar más debajo de su asiento, lo que significaba que su cabeza estaba debajo de los pies de mi esposo".

Asimismo, detalló que el animal salivaba mucho, babeando la parte inferior de la pierna desnuda del señor Press, experiencia que, afirmó, no disfrutó en absoluto. Cuando la pareja se volvió a quejar por la situación, la azafata los trasladó a la parte delantera de clase económica, pero esto no impidió que pidieran un reembolso por el servicio recibido.

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"Singapore Airlines se esfuerza por notificar a los clientes que pueden estar sentados junto a un perro de asistencia antes de abordar el vuelo. Nos disculpamos sinceramente porque esto no ocurrió en este caso y trabajaremos con nuestros equipos del aeropuerto para garantizar que este lapso no vuelva a ocurrir en el futuro. En circunstancias en las que los clientes sentados junto a un perro de asistencia soliciten ser trasladados, Singapore Airlines ayudará a reubicar a los clientes dentro de la misma cabina cuando el espacio lo permita”, informó un portavoz de la aerolínea.

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