Encabezó una ceremonia en la que encendió una antorcha y entregó un ramo de flores en memoria de los seis millones de judíos exterminados por el nazismo.
"Aquel que olvida su pasado está condenado a no tener futuro", escribió el mandatario en el libro de visitas del emblemático museo, que recuerda el genocidio de la población judía perpetuado por los nazis durante la II Guerra Mundial.
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"Hoy hacemos un examen de conciencia", agregó Bolsonaro en unas cortas declaraciones ente los periodistas, entre ellos Efe, en que declaró estar satisfecho de "volver en Tierra Santa" y quiso transmitir su mensaje "como cristiano".
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Antes de visitar el memorial, el dirigente brasileño participó esta mañana junto al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en el foro Misión Comercial Brasil-Israel en Jerusalén, y ambos visitaron la Exposición de Innovación Israelí.
El mandatario ultraderechista aseguró que la próxima apertura de una representación de negocios, tecnología, investigación e innovación en la Ciudad Santa es una forma de sellar el compromiso entre Brasil e Israel, y confirmar que la relación entre ambos países "vino para quedarse".
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Bolsonaro, que está en visita oficial en Israel desde el pasado domingo, se convirtió ayer en el primer presidente del mundo en visitar junto a un primer ministro israelí el Muro de las Lamentaciones, en el territorio palestino ocupado de Jerusalén Este, donde también visitó la basílica del Santo Sepulcro, el lugar más sagrado para el cristianismo.
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Su visita en la zona ocupada de la urbe, que la oficina presidencial incluyó como parte de su estancia oficial en Israel, levantó las críticas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que también condenó la futura apertura de la oficina comercial brasileña en Jerusalén, con los palestinos que reclaman su parte oriental como capital de su futuro estado.
Bolsonaro se reunirá mañana con brasileños residentes en Israel y pondrá fin a su visita tras cuatro días de viaje.