Se negaba a salir de su casa hecha ruinas, donde fue muy feliz, pero al final entendió que la vida es lo más importante.
Atrás quedaron años de trabajo, de esfuerzo. Pero adelante, le dijeron los ángeles que la rescataron, hay esperanza y un posible renacer.
Lo único que pidió sacar fue un clásico reloj de pared, que resistió la furia de la naturaleza y hoy es símbolo de ese tiempo que sigue y no se detiene pese a las tragedias.
Su historia, ocurrida en Morelos, le da hoy la vuelta al mundo.
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