La imagen de una bandera talibán que ondea sobre un vehículo militar estadounidense resulta ser la mejor descripción del botín que los talibanes ahora tienen en su poder . Durante 20 años, Estados Unidos invirtió alrededor de 88 mil millones de dólares en entrenamiento y equipamiento de las fuerzas militares afganas que, en 11 días, desaparecieron.
Ahora las fuerzas armadas talibanes, por cortesía de Estados Unidos, tendrá un armamento que comprende ametralladoras, fusiles MI6, camionetas, vehículos tipo Humvee y otros, pero la joya de la corona, la encontraron en bases aéreas como la de Bagram, los mismos talibanes hicieron gala en redes sociales de helicópteros Black Hawk.
En Washington, un grupo de senadores republicanos, liderado por Marco Rubio, exige explicaciones.
“Es inconcebible que el equipo militar de alta tecnología pagado por los contribuyentes estadounidenses haya caído en manos de los talibanes y sus aliados terroristas. Asegurar los activos estadounidenses debería haber estado entre las prioridades, antes de anunciar la retirada de Afganistán”.
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Además, los talibanes también se habrían quedado con aeronaves de combate de la fuerza aérea afgana. El Pentágono ha recibido reportes, pero no sabe cuántos aviones son.
“He recibido informes de varios aviones que han volado a Uzbekistán y Tayikistán. Exactamente, ¿cuántos? No tengo los números conmigo”, indicó Lloyd Austin, secretario de Defensa de EE. UU.
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El Pentágono también aseguró que la prioridad es evacuar a los civiles de Afganistán, y que luego, discutirán cuáles son las opciones frente a las armas estadounidenses, en manos de los talibanes.