Una jueza condenó al opositor ruso Alexéi Navalni a 9 años de cárcel, intensificando la presión contra el principal detractor del Kremlin en plena ofensiva de Ucrania. En paralelo, el Gobierno está reforzando su arsenal jurídico para reprimir cualquier crítica en su contra. El último ejemplo es la aprobación de una ley que prevé importantes sanciones para castigar la "información engañosa" sobre las acciones de las instituciones en el extranjero.
La sentencia anula y sustituye los dos años y medio que ya estaba cumpliendo e incluye el año ya cumplido.
El opositor ruso, que fue encarcelado por fraude a principios de 2021, fue condenado esta vez por "fraude" y "desacato" a un magistrado, acusaciones que considera políticas.
Salvo una improbable victoria en la apelación, tendrá que cumplir su condena en una colonia penitenciaria de "régimen estricto", lugares aislados con condiciones mucho más duras que en las denominadas colonias "generales", como la de Pokrov, donde está encarcelado actualmente.
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Fue en este campo de prisioneros, a 100 km de Moscú, donde el opositor ruso estaba siendo juzgado desde mediados de febrero en una sala improvisada.
"Putin tiene miedo de la verdad, siempre lo he dicho. La lucha contra la censura, llevando la verdad al pueblo de Rusia, sigue siendo nuestra prioridad", escribió Nalvani en Twitter tras su condena.
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El activista anticorrupción, de 45 años, compareció el martes 22 de marzo en la vista con ropa de presidiario y con el rostro demacrado, acompañado por sus abogados.
Tras el veredicto, los letrados fueron detenidos brevemente a la salida de la prisión, constató un periodista de la AFP en el lugar. El hecho se produjo después de que la Policía les dijera que abandonaran la calle donde estaban hablando con la prensa.
Un centenar de reporteros pudieron ver la retransmisión en video de la audiencia en una sala instalada en la colonia penitenciaria.
Solo un partidario del opositor ruso acudió a manifestarse fuera de la prisión. "Navalni es un héroe (...) la gente se queda en casa, tiene miedo", dijo Leonid Banionis.
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"Malversación" y "desacato"
En el caso juzgado el martes, Alexéi Navalni estaba acusado de malversar millones de rublos en donaciones a sus organizaciones anticorrupción y de "desacato" al tribunal durante un juicio anterior.
El opositor ruso asegura que estos cargos fueron orquestados por el Kremlin para mantenerlo en prisión el mayor tiempo posible.
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Conocido por sus investigaciones sobre la corrupción de las élites, Alexéi Navalni lleva más de dos años siendo objeto de una dura represión por parte de las autoridades.
En agosto de 2020, cayó gravemente enfermo en Siberia, víctima de un envenenamiento con un agente nervioso, ordenado, según él, por el propio presidente ruso, Vladimir Putin.
El Kremlin lo niega y las autoridades nunca han investigado este supuesto intento de asesinato.
A su regreso a Rusia, en enero de 2021, tras cinco meses de convalecencia, fue detenido y condenado a dos años y medio de prisión por un caso de "fraude" de 2014 relacionado con la empresa francesa Yves Rocher.
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En junio de 2021, sus organizaciones, que llevaban años haciendo campaña en toda Rusia, fueron calificadas de "extremistas" y prohibidas, lo que llevó a muchos activistas a exiliarse para evitar ser procesados. Otros han sido detenidos y se enfrentan a duras penas de prisión.
La represión en Rusia ha ido acompañada de la prohibición de los últimos medios y oenegés críticos con el Kremlin.
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En este sentido, el Tribunal Supremo de Rusia rechazó el martes un pedido de suspensión de la disolución de la oenegé Memorial, confirmando su desmantelamiento.
Desde su colonia penitenciaria, el opositor ruso sigue transmitiendo mensajes contra Vladimir Putin y la ofensiva en Ucrania. También ha seguido convocando manifestaciones contra el conflicto a pesar de los riesgos que conlleva.