
El Gobierno de centroderecha de Portugal ha decidido emprender una reforma migratoria que, de ser ratificada por el Parlamento, transformará de manera significativa los caminos para acceder a la residencia y a la nacionalidad en ese país. Las medidas, aprobadas recientemente por el Consejo de Ministros, suponen un cambio de enfoque respecto a las políticas que hasta ahora facilitaban la llegada y asentamiento de personas extranjeras, especialmente provenientes de países que no integran la Unión Europea, incluidos los colombianos.
Con dicha propuesta legislativa, se busca frenar el flujo migratorio con una serie de restricciones que elevan las exigencias para regularizar la situación migratoria y para obtener la ciudadanía. La iniciativa incluye la modificación de cuatro marcos normativos clave, entre ellos, la Ley de Nacionalidad y la Ley de Extranjería.
Fin de la ciudadanía por derecho
Entre los aspectos más polémicos de la reforma se encuentra la eliminación del principio de 'ciudadanía por derecho' para hijos de migrantes nacidos en territorio portugués. En adelante, si la reforma es aprobada, para que un niño nacido en Portugal de padres extranjeros, por ejemplo, colombianos, acceda a la nacionalidad, será necesario que al menos uno de los progenitores haya vivido legalmente en Portugal durante un mínimo de tres años. Además, los padres deberán manifestar formalmente su deseo de que el menor obtenga la ciudadanía, lo que pone fin al carácter casi automático de este beneficio.
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Asimismo, también se busca incrementar los tiempos mínimos de residencia exigidos para solicitar la nacionalidad. En lugar de los cinco años actuales, los nacionales de países de habla portuguesa deberán acreditar una permanencia legal de al menos siete años. Para los ciudadanos de otras naciones, el período requerido sube a diez años, y este conteo solo comenzará una vez se haya obtenido el permiso oficial de residencia. Es decir que, en el caso de los colombianos el tiempo mínimo para poder tramitar la nacionalidad portuguesa sería de 10 años.
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Junto a estos requisitos, se suma ahora una evaluación de competencias que busca garantizar que el solicitante tenga un nivel adecuado de conocimiento del idioma, la cultura nacional, y el funcionamiento del sistema democrático portugués. Aunque no se han dado detalles precisos sobre cómo se validarán estos saberes, el portavoz del Ministro de Estado de Portugal, António Leitão Amaro, manifestó en una rueda de prensa que será una condición indispensable.
Cambios en la reagrupación familiar
Otra de las transformaciones profundas previstas tiene que ver con los procesos de reunificación familiar. Si se aprueban las nuevas normas, quienes deseen traer a sus familiares deberán haber residido legalmente en el país por al menos dos años. Además, se limita la posibilidad de iniciar este trámite desde dentro del territorio portugués únicamente a los menores de edad.
"Otros (casos de) miembros de la familia que no sean menores de edad sólo podrán ser analizados y aplicarse el reglamento familiar si se encuentran fuera del territorio nacional", subrayó el portavoz del Gobierno. De igual forma, se les exigiría a los interesados que cumplan con una serie de requisitos estrictos como: demostrar que se cuenta con medios económicos suficientes, una vivienda adecuada, y que no se depende de ayudas sociales del Estado.
Angélica Yelithssa Morales C
*Con información de EFE