
La vida de Smit Carolina Urrego, una joven de 18 años que soñaba con salir adelante y forjar un futuro prometedor, terminó de manera trágica. En marzo de 2018, su cuerpo fue encontrado, en avanzado estado de descomposición, dentro de dos costales. Este hecho estremeció a la comunidad de Itagüí, Antioquia, por la frialdad y brutalidad del crimen. El Rastro conoció el caso en 2024.
La joven creció en San Andrés de Cuerquia, un pequeño municipio del norte de Antioquia. Desde niña enfrentó dificultades económicas y una relación distante con su madre, pero nunca dejó de luchar. “Ella tenía una visión muy alta, siempre quería cumplir muchos sueños y salir adelante, por eso ingresó a estudiar”, dijo Katherine Echavarría, amiga de Smit.
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Con una personalidad alegre y luchadora, Smit Carolina trabajaba y estudiaba para contribuir al bienestar de su familia. Por eso, en 2018 tomó una decisión trascendental: mudarse a Itagüí para continuar sus estudios técnicos en conservación de recursos naturales en el SENA. Allí buscaba también la oportunidad de realizar sus prácticas profesionales, un requisito indispensable para completar su formación.
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Reencuentro con una amiga
La oportunidad de terminar sus estudios en el municipio antioqueño surgió gracias a Daniela Rojas, una compañera de bachillerato con quien se había reencontrado a través de redes sociales. Daniela le ofreció ayuda para conseguir una vacante de prácticas, alojamiento en su vivienda y un trabajo en una empresa de confecciones.
La prima de Smit, Valentina Callejas, recuerda que ella hablaba muy bien de su amiga. "Que era super amigas, incluso llegó un punto que decía mucho que con ella se había ganado el cielo". Sin embargo, su llegada a Itagüí marcaría el inicio de una tragedia.
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Con la ilusión de encontrar estabilidad, Smit Carolina aceptó mudarse con Daniela y su novio, Dany López, también conocido como Dani Alejandro Vanegas.
Misteriosa desaparición
El 8 de marzo de 2018, fue la última vez que su familia tuvo noticias de ella, un hecho inusual, ya que Smit Carolina mantenía un contacto constante con sus seres queridos, especialmente con su prima. Ese mismo día, se negó a reunirse con su hermana Ángela Paola para celebrar el Día de la Mujer, debido a un problema.
“Ese día me llamó y me dijo que estaba triste. Recuerdo que las primeras palabras que me dijo cuando le contesté fueron ‘¿Usted se olvidó de mí?’ Porque llevábamos varios días sin hablar. Desde entonces, no volví a saber de ella”, aseguró Valentina Callejas.
Llamada anónima y hallazgo del cuerpo
Tres días después, la Policía recibió una llamada anónima que alertaba sobre la presencia de un cadáver en una zona despoblada de Itagüí. El cuerpo presentaba múltiples heridas con arma cortopunzante y signos de golpes contundentes. Su identificación fue posible gracias a la cédula que estaba junto a los costales donde fue hallado.
Medicina Legal determinó que Smit Carolina había muerto aproximadamente 48 horas antes de ser encontrada. La causa de su muerte fue una "lesión en el cuello en dirección al tórax". “Se hicieron varias labores de vecindario, pero nadie constató quién pudo haber dejado el cuerpo”, reveló el investigador Carlos Martínez.
Pistas claves en la investigación
Los investigadores comenzaron a sospechar de Daniela Rojas, ya que la joven aseguró que Smit vivía sola, una versión que fue desmentida por la familia, pues sabían que ella le había ofrecido hospedaje en su casa.
Otra pista clave surgió del análisis de la llamada anónima que alertó sobre el hallazgo del cadáver. Esta se había hecho desde un teléfono público en el barrio El Poblado, en Medellín, a 10 kilómetros del lugar donde apareció el cuerpo. Los investigadores identificaron que la voz correspondía a Dani Alejandro Vanegas, pareja de Daniela.
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Se presume que fue él quien realizó la llamada para que el cuerpo de Smit Carolina fuera descubierto, ya que habían pasado varios días sin que nadie lo encontrara. A esto se sumó un hallazgo forense: en el cadáver se encontraron pelos de un animal. La investigación reveló que la pareja tenía un perro siberiano blanco, lo que reforzó la hipótesis de su participación en el crimen.

Móvil de crimen
Las autoridades lograron destapar el trasfondo del crimen: un mes antes de su desaparición, Smit Carolina había sido convencida por Daniela y Dani Alejandro de adquirir un seguro de vida por 300 millones de pesos, cuya vigencia comenzó el 1 de febrero de 2018.
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Pocos días después, el 6 de febrero, Daniela consiguió que la joven le otorgara un poder que la dejaba como única beneficiaria de la póliza en caso de que algo le ocurriera a Smit.
Tras el asesinato, la pareja intentó cobrar el seguro, lo que evidenció la macabra motivación detrás del crimen y reforzó su responsabilidad en él. Según la Fiscalía, después de acabar con la vida de Smit Carolina, la atacaron con diferentes objetos, causándole múltiples lesiones en varias partes del cuerpo. Posteriormente, buscaron reclamar la millonaria póliza, un paso que terminó por delatarlos ante las autoridades.
Captura y condena
Las pruebas contra la pareja fueron contundentes. Nueve meses después del asesinato de Smit Carolina, la Policía ordenó la captura de Daniela Rojas y Dani Alejandro Vanegas por el delito de homicidio agravado.
En junio de 2019, Dani Alejandro fue condenado a 45 años de prisión en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, Boyacá. A pesar de la sentencia, él siempre sostuvo su inocencia.
Por su parte, Daniela Rojas aceptó su responsabilidad en el crimen y llegó a un preacuerdo con la Fiscalía. Aunque nunca incriminó a su pareja, fue condenada a 16 años de cárcel en el establecimiento penitenciario El Pedregal, en Medellín.