Un carnicero en la provincia central china de Hunan, especializado en la venta de carne de perro, falleció envenenado por un dardo disparado por error con una ballesta que utilizaba para sacrificar los canes, informó el diario South China Morning Post.
La víctima, cuyo nombre no fue revelado por los medios chinos, era un carnicero en la provincia central de Hunan, especializado en la venta de carne de perro.
Mostraba el uso de la ballesta a trabajadores de la carnicería cuando esta se disparó y uno de los dardos se le clavó en la pierna, señaló la información.
El hombre murió camino del hospital, mientras que cinco de sus colegas fueron detenidos, ya que al parecer sus operaciones de sacrificio masivo de perros (más de un millar) eran ilegales.
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La carne de perro es consumida esporádicamente en zonas de China, especialmente en la frontera con la península coreana (noreste) y en la mitad sur, ya que algunos chinos piensan que tiene propiedades medicinales y puede, por ejemplo, mejorar el vigor sexual.
Sin embargo, este consumo tiene cada vez más detractores en el país asiático, especialmente grupos ecologistas o amantes de las mascotas, quienes han lanzado en los últimos años campañas de "rescate" de perros y otros animales en mataderos, o han denunciado el maltrato de estos a través de los medios.
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