Así lo ordenó el gobernador, Gavin Newsom, para detener la propagación del coronavirus, que según proyecciones podría infectar a la mitad del estado.
La medida, que no es de cumplimiento obligatorio, busca detener el avance de la COVID-19, que ya se cobró en este estado del oeste de Estados Unidos 16 muertes y tiene 675 casos positivos.
Las autoridades coinciden que al lograr que la población permanezca en sus casas y se restrinja la interacción social, se puede reducir la propagación del virus, y en consecuencia evitar el desbordamiento de los hospitales.
"Hay un reconocimiento de nuestra interdependencia, que requiere que en este momento dirijamos una orden estatal para que la gente se quede en casa", anunció Newsom en una rueda de prensa.
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"Vamos a doblar la curva", añadió el gobernador sobre una proyección que envió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la que asegura que el 56% de la población, unos 22,5 millones de habitantes, estará infectada en un período de ocho semanas.
"Cuando decimos doblar la curva, significa que la proyección ya no se convierte en realidad porque hemos cambiado nuestro comportamiento", siguió. "Y como consecuencia esa curva, esa proyección, esa línea de tendencia, se convierte en algo muy distinto en realidad".
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Aunque es una orden del gobernador, el confinamiento es prácticamente voluntario. La Policía no fiscalizará su cumplimiento como en otras ciudades del mundo.
"La gente reconoce que tenemos que hacer más, y para lograr el objetivo la gente se autorregulará", señaló.
"Todavía puede llevar a sus hijos afuera con el sentido común de distanciamiento social. Todavía puede pasear a su perro, recoger su comida en uno de nuestros centros de distribución o en un restaurante con su auto. Todavía podemos hacer estas cosas y asegurar ese cierre" de la curva.
Newsom dijo que la medida, que entra en vigor este jueves, permanecerá válida hasta que lo consideren necesario.
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"No podemos dar un plazo en el que realmente pudiéramos creer", indicó. "Esta es una situación dinámica".
"Trastorno económico"
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Más temprano, el alcalde Los Ángeles, la ciudad más grande de California, Eric Garcetti, había anunciado una medida similar para la ciudad. San Francisco ya la había ordenado.
Así lo ordenó el gobernador, Gavin Newsom, para detener la propagación del coronavirus, que según proyecciones podría infectar a la mitad del estado.
La medida, que no es de cumplimiento obligatorio, busca detener el avance de la COVID-19, que ya se cobró en este estado del oeste de Estados Unidos 16 muertes y tiene 675 casos positivos.
Las autoridades coinciden que al lograr que la población permanezca en sus casas y se restrinja la interacción social, se puede reducir la propagación del virus, y en consecuencia evitar el desbordamiento de los hospitales.
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"Hay un reconocimiento de nuestra interdependencia, que requiere que en este momento dirijamos una orden estatal para que la gente se quede en casa", anunció Newsom en una rueda de prensa.
"Vamos a doblar la curva", añadió el gobernador sobre una proyección que envió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la que asegura que el 56% de la población, unos 22,5 millones de habitantes, estará infectada en un período de ocho semanas.
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"Cuando decimos doblar la curva, significa que la proyección ya no se convierte en realidad porque hemos cambiado nuestro comportamiento", siguió. "Y como consecuencia esa curva, esa proyección, esa línea de tendencia, se convierte en algo muy distinto en realidad".
Aunque es una orden del gobernador, el confinamiento es prácticamente voluntario. La Policía no fiscalizará su cumplimiento como en otras ciudades del mundo.
"La gente reconoce que tenemos que hacer más, y para lograr el objetivo la gente se autorregulará", señaló.
"Todavía puede llevar a sus hijos afuera con el sentido común de distanciamiento social. Todavía puede pasear a su perro, recoger su comida en uno de nuestros centros de distribución o en un restaurante con su auto. Todavía podemos hacer estas cosas y asegurar ese cierre" de la curva.
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Newsom dijo que la medida, que entra en vigor este jueves, permanecerá válida hasta que lo consideren necesario.
"No podemos dar un plazo en el que realmente pudiéramos creer", indicó. "Esta es una situación dinámica".
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"Trastorno económico"
Más temprano, el alcalde Los Ángeles, la ciudad más grande de California, Eric Garcetti, había anunciado una medida similar para la ciudad. San Francisco ya la había ordenado.
"Quiero ser claro, el único momento en que debe salir de su casa es para actividades y necesidades esenciales", dijo.
Estaciones de gasolina, farmacias, mercados, bancos y lavanderías permanecerán abiertos.
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El gobernador Newsom solicitó este mismo jueves 1.000 millones de dólares en fondos federales al Congreso para ayudar en las labores médicas, y en una carta dirigida a Trump pidió el envío a la costa de California del barco hospital Mercy de la Armada hasta el primero de septiembre.
El estado de Washington, epicentro de la crisis, también solicitó la presencia del buque.
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"El trastorno económico causado por esta crisis de salud pública tendrá efectos inmediatos y devastadores en todo nuestro país, incluyendo a demasiadas familias en California", escribió Newsom en la misiva dirigida al Senado y Cámara de Representantes.
Según las proyecciones, California tendría un déficit de alrededor de 10.000 camas de hospital, aseguró el gobernador.
Además de la orden de aislamiento, se están alquilando dormitorios universitarios, hoteles y moteles para proporcionar más espacio.
"Si se nos va a criticar en este momento, que se nos critique por tomarnos este momento en serio", indicó el gobernador. "Eso es ser criticado por ir con toda la fuerza y enfrentarnos a este virus de frente".
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