El país intenta reponerse de los estragos del invierno por las fuertes lluvias que han dejado cerca de 70 muertos y 72 mil damnificados.
Chosica ha sido una de las zonas más afectadas por el desbordamiento del río Rímac, el cauce subió tanto, que el agua ingresó a las viviendas, incluso podía verse a través de las ventanas y salía por las rendijas.
La necesidad de tener algo con que vestirse, obligó a las personas a lavar ropa y zapatos en las calles, que parecen ríos.
Entre tanto, el papa Francisco hoy pidió al mundo orar por los miles de víctimas que deja el invierno.
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“Queridos hermanos y hermanas, quiero manifestar mi solidaridad con la querida gente del Perú, golpeada por las inundaciones devastadoras. Rezo por las víctimas y por los que están comprometidos a proporcionar operaciones de socorro”, dijo el pontífice.
Sin embargo, la amenaza de nuevas inundaciones es constante. El río desbordado sigue desplazándose con furia, destruyendo puentes, anegando vías y arrasando con casas construidas en la ribera.
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