¿Cómo un hombre de 86 años con 13 enfermedades crónicas se recuperó del coronavirus?

Tiene hipertensión, diabetes, aterosclerosis cerebral, pancreatitis e insuficiencia renal, entre otras dolencias. Médicos analizan el tratamiento que recibió.

El caso se registró en enero en China. El anciano llegó al hospital tras tener dos días de tos y fiebre de 38,8 grados. Siete días después de su hospitalización, los doctores confirmaron sus sospechas al recibir los resultados: se había contagiado de COVID-19 .

Los cinco médicos que firmaron el artículo donde relataron la historia de este paciente, y que fue publicada por la BBC, iniciaron un tratamiento con tres medicamentos: uno para combatir la infección, otro contra el coronavirus en sí y uno a base de corticoides.

La finalidad era evitar que su cuerpo produjera una cantidad desmesurada de defensas, pues han establecido que en algunos casos estas terminan obstruyendo las vías aéreas para luchar contra el COVID-19.

Adicional a esto, le inyectaron inmunoglobulina producida a partir del plasma sanguíneo de otros donantes que se han recuperado de la enfermedad, un tratamiento experimental en China aplicada en la pandemia.

Los especialistas no saben si el anciano se recuperó por lo que hicieron en el hospital o si fue su propio cuerpo el que resistió el coronavirus, pero unos días después la fiebre disminuyó, así como la inflamación de los pulmones.

Su caso es excepcional, pues otros pacientes se han recuperado del coronavirus  con otro tipo de tratamiento.

La pandemia ha causado más de 120.000 muertes en el mundo, un 70% de ellas en Europa, desde su aparición en China en diciembre.

De los fallecimientos, más de 81.000 han sido en Europa, el continente más golpeado. Estados Unidos es el país que suma el mayor número de muertos (más de 23.000), por delante de Italia (más de 20.000), España (más de 18.000) y Francia (más de 14.000).

Desde el inicio de la pandemia se han declarado cerca de dos millones de casos en el mundo, más de la mitad de ellos en Europa (más de 970.000) y unos 582.000 en Estados Unidos, país donde la enfermedad avanza rápidamente.