Un hombre que vive en la calle decidió confesar un crimen que cometió en 1983 para poder ir a la cárcel y tener un techo en el cual vivir. Intentó retractarse, pero la investigación se reabrió y finalmente fue condenado a cadena perpetua.
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Anthony Kemp reveló ser el asesino de Christopher Ainscough. Hace 38 años lo golpeó en la cabeza con un objeto contundente y le causó la muerte. La víctima fue hallada muerta en su apartamento luego de que reportaran que no se presentó al trabajo.
Después de varios meses de investigación, las autoridades de Reino Unido decidieron cerrar el caso en 1985 sin haber hallado al culpable. Hasta ahora, casi 40 años después.
Homeless man who confessed to murder to get off the streets is jailed https://t.co/lFwYuyOUMa
— BBC News (UK) (@BBCNews) October 14, 2021
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"Prefiero pasar los últimos años de mi vida en la cárcel que dormir en la calle"
Anthony Kemp se entregó a las autoridades para confesar que era él el asesino. Cansado de vivir en las calles, buscó pagar la condena en la cárcel, donde al menos tendría techo y comida.
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"Prefiero pasar los últimos años de mi vida en la cárcel que dormir en la calle", manifestó el hombre de 59 años, según el medio Kilburn Times .
Pese a que intentó retractarse una prueba de ADN recolectada fue clave para determinar que Kemp era culpable. Tras un juicio, un jurado británico lo castigó con cadena perpetua.
Después de 15 años podrá pasar una solicitud para obtener libertad condicional.