El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, tomó una medida drástica: decomisar todos los perros domésticos de su población. La razón, según él, proteger al país de la “decadencia” capitalista.
Además, dice que tener animales de compañía es una tendencia contaminada por la ideología burguesa. En Corea del Norte, la población de bajos recursos solo cría cerdos y ganado mientras que tener mascotas, como los perros, es símbolo de pertenecer a la clase alta del país asiático.
Según una fuente consultada por el medio surcoreano Chosun Ilbo, "las autoridades han identificado hogares con perros de compañía y los están obligando a entregarlos o confiscarlos por la fuerza y dejarlos".
Algunos animales son entregados a zoológicos estatales, pero otros no tienen mejor suerte y son vendidos a restaurantes locales para el consumo humano, afirman y explican que ocurre por la supuesta crisis alimentaria que azota al país debido a coronavirus. Los dueños de mascotas están "maldiciendo a Kim Jong-un a sus espaldas", pero es poco lo que pueden hacer, reveló la fuente anónima.
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La posesión de mascotas en el país se popularizó cuando se organizó el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en el año 1989. A partir de ese evento la élite de Pyongyang empezó a alardear de costosos perros falderos como símbolo de estatus.
Para el régimen, los derechos de los animales son uno de los temas de menor importancia en su agenda.
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