Uno de los artefactos voló más de 430 kilómetros, mientras que el otro voló 690 kilómetros y ambos cayeron al mar.
Según el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Corea del Sur, los proyectiles lanzados por el gobierno de Pyongyang fueron definitivamente misiles de corto alcance.
La Oficina Nacional de Seguridad (NSC) de la presidencia surcoreana afirmó que ambos misiles fueron "analizados" y que son "nuevos tipos de misiles balísticos de corto alcance".
La NSC indicó que emitirá su "juicio final" sobre qué son exactamente esos misiles tras "hacer una evaluación detallada" con Estados Unidos.
La NSC expresó en un comunicado su "gran preocupación" por las últimas acciones de Pyongyang y advirtió que "no contribuyen a los esfuerzos por rebajar tensiones en la península coreana".
Previamente, un oficial del Estado Mayor había indicado a la AFP que "no está claro si [el líder norcoreano] Kim Jong Un supervisó personalmente los lanzamientos".
Los proyectiles cayeron en aguas del mar de Japón, que los coreanos del sur y del norte llaman el mar del Este.
El portavoz del ministro de Defensa de Corea del Sur, Choi Hyun-soo, formuló un llamado a Corea del Norte a acabar con "las acciones que no ayudan a disipar las tensiones militares".
Firme reacción japonesa
El ministro japonés de la Defensa condenó el lanzamiento de los proyectiles norcoreanos.
"Si se trata de misiles balísticos, eso viola resoluciones de la ONU. Estos casos recientes de lanzamiento de proyectiles son extremadamente lamentables", dijo el ministro Takeshi Iwaya a la prensa.
Estos lanzamientos tuvieron lugar en un contexto marcadamente tenso entre Pyongyang y Seúl ante la inminente realización de ejercicios militares en Corea del Sur con la participación de tropas estadounidenses.
El 17 de julio, Corea del Norte advirtió a Corea del Sur y Estados Unidos de que esos ejercicios tendrían repercusiones en la disposición de Pyongyang de mantener canales de diálogo con Washington por su programa nuclear.
Así, dejó entrever la posibilidad de anular la moratoria que adoptó sobre sus ensayos balísticos y nucleares.
Estados Unidos y Corea del Sur realizan ejercicios militares conjuntos todos los años, y las operaciones previstas para las próximas semanas han sido reducidas drásticamente para no aumentar las tensiones con Corea del Norte.
Sin embargo, la precisión sobre el alcance de los lanzamientos realizados por Corea del Norte es de particular importancia, ya que el presidente estadounidense, Donald Trump, había sugerido que los ensayos con armas de corto alcance no descarrilarían las conversaciones.
Al referirse a los lanzamientos realizados por Corea del Norte a inicios de año, Trump había comentado que se trató de "misiles de muy corto alcance, algo que ya es común".
Estados Unidos mantiene unos 30.000 soldados en Corea del Sur. Por ello, Corea del Norte insiste que en los ejercicios militares conjuntos no son más que ensayos para invadir la parte norte de la península coreana.
Estados Unidos exige la "desnuclearización total, definitiva y verificada" de Corea del Norte como condición para levantar las sanciones comerciales a Pyongyang.
Trump y Kim se encontraron tres veces, la última de ellas en un histórico encuentro en la Zona Desmilitarizada que divide la península coreana.
En esa ocasión, los dos mandatarios se saludaron por encima de la línea divisoria y seguidamente Kim invitó a Trump a ingresar formalmente en territorio norcoreano.
Instantes más tarde, los dos líderes pasaron al lado sur de la línea divisoria, y coincidieron en declarar la intención de mantener los canales de diálogo.
Al inicio de esta semana, Trump había admitido que no había por el momento previsión de un nuevo encuentro con Kim, pero aseguró que hubo "una correspondencia muy positiva con Corea del Norte recientemente".
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Updated: julio 25, 2019 10:34 a. m.