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Hoy se cumplen 32 años de la muerte de Pablo Escobar Gaviria, un capo cuya figura sigue siendo objeto de controversia y debate. Uno de los pocos protagonistas que pueden dar fe de la verdadera naturaleza del hombre que lideró la mafia en Colombia es Carlos Lehder Rivas, exsocio del narcotráfico y antiguo miembro del Cartel de Medellín.
Recientemente, Lehder, quien volvió a Colombia después de pasar más de tres décadas tras las rejas en Estados Unidos, ha compartido vivencias que revelan la compleja personalidad de Escobar: un hombre que, según él, tiene facetas difíciles de descifrar y cuya furia podía tener repercusiones devastadoras en su entorno.
Carlos Lehder, en una entrevista reciente en el pódcast ‘Más allá del silencio’, evocó la forma de ser de Escobar en una frase que describió en su libro ‘Vida y muerte del Cartel de Medellín’, donde resume el poder intimidante que ejercía: “Cuando Pablo estaba furioso, la tierra temblaba”.
Según él, Escobar se consolidó como “un comandante natural que creció dando más puñaladas que el vecino, matoneando, robando”. Esta trayectoria lo llevó a ser "un líder de esa mafia o crimen y tenía su organización o su banda y él era el capitán de ese barco".
Para mantener el control de "esa mano de violentos", Lehder afirmó que Escobar tenía que ser "el más violento". Cuando el capo comunicaba su enojo, lo hacía "vociferante en palabras muy groseras y con un lenguaje corporal muy severo". El resultado de estas demostraciones de ira era palpable: "Uno veía la persona sudar, temblar, le temblaban las piernas al acusado y Pablo lo reprendía, lo amenazaba".
Para Lehder, Pablo Escobar era "alguien muy singular, muy difícil de leer entre comillas, muy difícil de analizar". Esta dificultad se debía a que, en su opinión, Escobar "tenía múltiples personalidades".
Lehder detalló que la relación comenzó porque él "transportaba exitosamente cocaína a los Estados Unidos", consolidándose como uno de los contrabandistas más eficientes. A pesar de su éxito, aseguró que lidiar con Escobar era complejo. Lehder señaló que, a ratos, Pablo mostraba facetas: “Un día era el Pablo elocuente hasta el político”.
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Por ejemplo, en el contexto de la lucha contra el tratado de extradición, Lehder recordó que Pablo manifestaba "mucha lógica" e incluso tenía "algo de revolucionario por la pasión con que él atacó el tratado de extradición. Pablo tenía un modus operandi ante esa situación que despertaba en él mucho racionalismo”.
Sin embargo, a medida que el tiempo pasaba y la violencia escalaba, la personalidad oscura de Escobar se imponía. Lehder tuvo que discernir "entre las diferentes personalidades de este individuo", notando que "Pablo era tan valiente que no miraba el día siguiente".
Una de las distinciones cruciales que Lehder estableció entre Escobar y otros narcotraficantes de la época, como Gonzalo Rodríguez Gacha, ‘El Mexicano’, fue la falta de integridad de Escobar.
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De Gacha, Lehder dijo que era un hombre “agrio, violento y grosero, pero cuando aceptaba tu amistad, tu relación o tu compromiso, era íntegro...No te iba a traicionar, no te iba a matar, no te iba a robar; era tu amigo”. En contraste, sobre Pablo aseguró que “dudaba. Decía: ‘bueno, ¿con quién estoy hablando?’”. También afirmó que Escobar era un “monstruo” y alguien “satánico”.
El exnarco pasó más de 33 años en aislamiento en Estados Unidos. Según reveló en una entrevista con Los Informantes, el momento más doloroso de su vida: “Es cuando a uno lo extraditan y lo montan en un avión y siente uno que está saliendo de territorio colombiano. No existe un sentimiento de más abandono de estar sumido profundamente en el peor abismo de la existencia y le están quitando a uno la nacionalidad, la identidad, la existencia y se lo entregan a otro”.
Asimismo, afirmó que “merecía la pena de los 33 años que pagué. Yo trafiqué muchas toneladas de cocaína hacia los Estados Unidos. Ninguna violencia, sí cocaína”. Durante ese tiempo, Lehder escribió un libro cargado de nombres, datos y escenas reveladoras sobre la narcopolítica en los años del Cartel de Medellín.
“Yo era un rebelde, yo era un fanático de mi causa, de los intereses del narcotráfico y felicité a Pablo Escobar por la muerte del ministro, pero vuelvo y le reitero, esa era mi posición en esa época”, recordó. Pese a su relación con Escobar insistió en que él era un narco excéntrico y aventurero, pero nunca violento como fue el jefe del Cartel de Medellín. Según él, estuvieron juntos, pero no revueltos.
Lehder fue capturado el 4 de febrero del 87 en Guarne, Antioquia, y ese mismo día fue extraditado. “En Estados Unidos fui sentenciado a cadena perpetua más 135 años, encerrado en un cuarto hermético prácticamente por el resto de la vida”.
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No obstante, Lehder testificó durante cinco días contra el general Manuel Noriega tras la invasión de EE. UU. a la Ciudad de Panamá para capturar al dictador. “Todo lo que yo testifiqué contra el general Noriega son las actividades del Cartel de Medellín con el general Noriega”, afirmó.
Por su colaboración, la justicia estadounidense le eliminó la cadena perpetua y le redujo la condena de 135 a 55 años, de los cuales cumplió casi 34 gracias a los descuentos por trabajo en prisión y buen comportamiento. “El encarcelamiento era una tortura”, dijo.
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A finales de marzo de 2025, Lehder reapareció en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá. Fue detenido por un par de días hasta que se verificó que no tenía pendientes con la justicia.
En 2015, su hija, Mónica Lehder, habló con Los Informantes y reveló algunos detalles sobre cómo vivía el capo en ese momento, cuando aún permanecía preso en Estados Unidos.
"En esa época mi papá estaba en Marion que sigue siendo la prisión de máxima seguridad en los Estados Unidos, donde lo tenían seis pisos bajo tierra, entonces lo tenían aislado totalmente, entonces la comunicación telefónica era muy poca”, contó.
También reveló que las visitas eran restringidas y el contacto era limitado. "Intentando verlo porque nos decían siempre mañana, este fin de semana, en 8 días, este mes ya no se pudo, dentro de un mes y así estuvimos más de un año”, dijo.
Actualmente, Lehder vive en el Quindío y dedica su tiempo a lo que llama su testamento escrito. Asegura que vive de sus libros y se define como un hombre rehabilitado.
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*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los informantes.