El Bundestag alemán reconoció este viernes en una sesión solemne con motivo del setenta aniversario del fin de la II Guerra Mundial su deber moral de no olvidar los crímenes del régimen nazi y de defender la dignidad de todo ser humano, frente a la xenofobia o el antisemitismo.
"No hay ninguna justificación moral para no mantener vivo el recuerdo de aquellos hechos atroces en Alemania, ni tampoco para olvidar las obligaciones morales que se desprenden de ellos", subrayó ante el pleno el historiador Heinrich August Winkler, invitado a pronunciar el discurso central del acto.
Siete décadas después de la capitulación del Tercer Reich, en el salón de plenos le escuchaban el presidente alemán, Joachim Gauck; la canciller, Angela Merkel; los primeros ministros regionales y los máximos responsables de las instituciones federales, junto a representantes del cuerpo diplomático acreditado en Berlín.
Ante todos ellos, Winkler repasó la historia alemana del siglo XX y puso su mirada también en los brotes de antisemitismo y xenofobia registrados en el país, y otras partes de Europa, en los últimos meses.
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Esos ataques, afirmó, obligan a no olvidar la principal lección aprendidas de 1933 a 1945: "la obligación de respetar la inviolabilidad de la dignidad de todos los seres humanos en todas las circunstancias".