Las temperaturas han alcanzado cifras históricas, que agravan los incendios forestales y afectan a la región desde noviembre.
Mientras miles de bomberos combaten el fuego, los termómetros registraron un nuevo récord de calor en el país, por segundo día consecutivo, alcanzando los 50 grados en algunas zonas.
Los servicios meteorológicos consideran que las condiciones todavía pueden agravarse.
La primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, justificó la declaración del estado de emergencia, declarado en esta región por segunda vez desde el comienzo de la temporada de incendios en septiembre, por las "condiciones meteorológicas catastróficas".
Desde hace semanas, un centenar de incendios forestales devastan Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney. La mitad de ellos siguen sin control, provocando nubes de humo tóxicas que alcanzan a la ciudad más grande de Australia.
"Se propagan muy rápido con los vientos, y los bosques y los suelos están muy secos", declaró Collins a la AFP, atribuyendo la situación al cambio climático y a la sequía. "Es una situación horrible. Verdaderamente"
Este jueves una veintena de viviendas quedaron destruidas en Nueva Gales del Sur, según la cadena pública ABC.
Un equipo de intervención rápida de un centenar de hombres está en alerta "dada la magnitud y complejidad de algunos de estos incendios", afirmó Shane Fitzsimmons, jefe del servicio rural de incendios del estado.
En la zona de Sídney se esperan temperaturas abrasadoras y un índice de riesgo de incendio muy alto, precisó Fitzsimmons.
Los hospitales han constatado un aumento significativo en urgencias de pacientes con problemas respiratorios.
El 10 de diciembre, cuando la calidad del aire era la peor de los últimos días, el número de personas ingresadas aumentó además un 80%.
El jueves Australia batió el récord del día más caluroso desde que hay registros por segundo día consecutivo, con una media nacional de 41,9 grados.
Se trata de un grado más que el miércoles, cuando se alcanzó un nuevo récord de temperatura al sobrepasar la temperatura del martes, que superó el récord anterior de 40,3 grados en enero de 2013.
Más de 70 incendios hacen también estragos en el estado de Queensland, al norte de Nueva Gales del Sur, incluido uno en Peregian, cerca del centro turístico de Noosa, en la costa.
El sur y el oeste de Australia también son pasto de las llamas.
Al menos tres millones de hectáreas se han quemado en las últimas semanas. Seis personas murieron y más de 800 casas fueron destruidas.
Los científicos señalan que este año los incendios han llegado antes y han sido más violentos de lo habitual debido a la sequía récord provocada por el calentamiento global. Los matorrales están muy secos, lo que propicia el fuego. Algunas ciudades se están quedando sin agua potable.
Los activistas del clima acusan al gobierno conservador de ser reacio a tomar medidas contra el calentamiento global para proteger las importantes exportaciones de carbón del país.
Este jueves cientos de personas se manifestaron cerca de la residencia oficial en Síndey del primer ministro, Scott Morrison, para pedir más medidas para reducir las emisiones australianas de gas con efecto invernadero.
Su objetivo era poner en evidencia la ausencia del jefe de gobierno, que se encuentra de vacaciones en el extranjero mientras arde el país.
Australia también fue uno de los países más reticentes a adoptar en Madrid un acuerdo sobre la reducción de los gases de efecto invernadero en la reciente conferencia de la ONU sobre el cambio climático (conocida como COP25).
Updated: diciembre 19, 2019 10:46 a. m.