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Cuando se piensa en el ser vivo más grande del planeta, es común imaginar a la ballena azul, el animal más grande que ha existido en términos de masa y longitud. Sin embargo, en términos biológicos, el título del ser vivo más grande del mundo pertenece a un organismo muy diferente, que no nada en los océanos ni se desplaza por la tierra, pero que ha crecido de forma tan extensa que puede observarse desde el espacio.
Se trata de la Gran Barrera de Coral. Este gigantesco sistema coralino, ubicado frente a la costa noreste de Australia, no solo es el arrecife de coral más grande del mundo, sino también el organismo vivo más extenso conocido, compuesto por miles de millones de pequeños animales llamados pólipos de coral. Aunque cada pólipo es microscópico, juntos forman una estructura continua que se extiende por más de 2.300 kilómetros, lo que equivale a la distancia entre Bogotá y Buenos Aires.
Está formado por más de 2.900 arrecifes individuales y alrededor de 900 islas. Se encuentra en el mar del Coral, frente a la costa de Queensland, Australia, y cubre un área de aproximadamente 344.400 kilómetros cuadrados. Esta extensión la convierte en la estructura viva más grande del planeta. Aunque se le denomina “barrera de coral”, no se trata de un solo organismo en el sentido tradicional, sino de una colonia masiva de organismos individuales: los pólipos de coral. Cada pólipo es un animal marino diminuto que secreta carbonato de calcio para formar una estructura protectora. Con el tiempo, estas estructuras se acumulan y forman los arrecifes.
Lo que hace única a la Gran Barrera de Coral es que todos estos pólipos están interconectados, formando un superorganismo que crece, se reproduce y responde colectivamente a su entorno. Desde el punto de vista ecológico y funcional, se considera un solo ser vivo.
La Gran Barrera de Coral es tan extensa que puede ser observada desde la órbita terrestre baja. Astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional han capturado imágenes del sistema coralino desde el espacio, especialmente en días despejados y con buena visibilidad oceánica. Lo que permite su visibilidad no es solo su tamaño, sino también el contraste de colores que genera en el océano. Las aguas poco profundas y la presencia de algas simbióticas llamadas zooxantelas, que viven dentro de los pólipos, le dan al arrecife tonalidades turquesa, verdes y azul claro que destacan sobre el azul profundo del mar circundante.
Aunque la ballena azul es el animal más grande en términos de masa (puede pesar hasta 180 toneladas y medir más de 30 metros), no es el ser vivo más grande en extensión. Otros candidatos al título incluyen:
Sin embargo, ninguno de estos organismos supera a la Gran Barrera de Coral en términos de extensión visible y complejidad ecológica.
La Gran Barrera de Coral no solo es un organismo vivo, sino también un ecosistema que alberga una biodiversidad extraordinaria. Se estima que más de 9.000 especies marinas habitan en sus aguas, incluyendo peces, moluscos, tortugas, tiburones y mamíferos marinos. Sin embargo, este ecosistema enfrenta amenazas significativas:
Aunque parezca contradictorio, según National Geographic, un organismo tan vasto como la Gran Barrera de Coral puede morir si las condiciones ambientales se deterioran lo suficiente. La muerte de los pólipos, ya sea por blanqueamiento prolongado, enfermedades o contaminación, puede llevar al colapso del ecosistema.
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ÁNGELA URREA PARRA
NOTICIAS CARACOL