En mayo de 2020, Eleanor Williams fue encontrada por las autoridades de Reino Unido cerca de su casa en Walney Island con lesiones que, según ella, habían sido causadas por criminales que la violaron en una vivienda de la ciudad. Por medio de redes sociales, la supuesta víctima de violación publicó su testimonio, anexando las fotos de sus heridas y asegurando que había sido preparada, traficada y golpeada por un grupo de delincuentes de origen musulmán.
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La publicación de Facebook fue compartida más de 100.000 veces y su relato causó indignación entre los habitantes de su ciudad natal, Barrow, provocando un sinnúmero de manifestaciones a su favor, señalando públicamente a los acusados de cometer el crimen y promoviendo mensajes de odio en contra de la población musulmana dentro de Inglaterra.
Mohamed Ramzan, uno de los inculpados injustamente por la joven de 22 años, señaló que intentó quitarse la vida dos semanas después de ser arrestado debido al hostigamiento que recibió por parte de la comunidad.
“Las mentiras y las falsas acusaciones han arruinado mi negocio. He pasado de ser un hombre de negocios exitoso a no tener prácticamente nada, y tendré que tratar de reconstruir mi vida personal y empresarial”, agregó en su declaración ante el jurado.
Jordan Trengrove, también acusado, fue enviado a prisión preventiva en un ala de delincuentes sexuales donde fue señalado como violador y empezó a perder su estabilidad mental por el estrés que le generaba. Días después intentó suicidarse.
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“Cuando escuché de qué me acusaban, me sentí físicamente enfermo. No solo mi vida, sino también la vida de mi familia y amigos comenzaron a desmoronarse”, aseguró.
Cameron Bibby, otra de las víctimas de Williams, afirmó que, luego de la acusación por violación, su nombre quedó manchado como abusador y tuvo que explicarle a su familia las razones por las que estaba siendo investigado.
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“He solicitado más de 30 trabajos, pero nunca obtengo una entrevista. Creo que esto se debe a que mi nombre está manchado”, apuntó.
Oliver Gardner contó que, cuando fue acusado por la joven, comenzó a cuestionarse a sí mismo a pesar de saber que no había hecho nada malo, hasta el punto de querer quitarse la vida.
“En el momento en que la Policía me habló por primera vez, estaba a punto de calificar como electricista. No pude completar mis estudios y no puedo trabajar ahora. Me acusaron de violador, traficante de drogas y traficante de personas”, sostuvo.
Luego de una exhaustiva investigación por parte de las autoridades locales, la Fiscalía determinó que dichas acusaciones eran falsas y que Williams se había autolesionado con un martillo que había sido encontrado con su sangre cerca del lugar de los hechos.
Adicionalmente, señaló que la joven se enviaba mensajes a sí misma haciéndolos pasar por traficantes o víctimas.
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"La acusada se conecta en línea a sus contactos de redes sociales y efectivamente encuentra nombres aleatorios en Internet que presenta como víctimas de trata o perpetradores", dijo el fiscal Jonathan Sandiford ante el jurado, en el discurso de clausura.
Asimismo, le aseguró al jurado que algunas de las personas sobre las que la mujer hizo acusaciones eran reales, mientras que otras no existían.
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En los últimos días, Eleanor Williams fue declarada culpable en el Tribunal de la Corona de Preston, con ocho cargos por hacer actos tendientes y con la intención de pervertir el curso de la justicia. Los sospechosos fueron declarados inocentes y puestos en libertad.
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