“Los robots preparan bebidas sin contacto, me gusta. Creo que incluso los preparan mejor que una persona”, opina Kim Seo-Yeon, cliente del bar en Seúl, Corea del Sur.
Desde que Surcorea empezó a desescalar el aislamiento, más y más robots han ido apareciendo en el área de servicios. Se estima que 30 nuevos cafés con esta tecnología abrirán en los próximos meses.
En Holanda también se instalaron meseros humanoides para disminuir el tránsito de humanos y prevenir el COVID-19.
Y en Kigali, Ruanda, fueron más allá: tienen profesionales de la salud robóticos que ayudan a los médicos que combaten el coronavirus; los donó el programa de las Naciones Unidas para el desarrollo de ese país.
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“Realizan el 50 % del trabajo técnico: toman signos vitales, temperatura y entregan mensajes de video o comentarios entre médicos y pacientes”, cuenta David Turatsinze, doctor en el centro de salud Kanyinya.
Según un estudio divulgado en el más reciente Foro Económico de Davos, más de cinco millones de empleos van a eliminarse en los próximos cinco años por cuenta de los robots inteligentes.