Aunque muchos pensaros que en su interior había un cadáver, no era así, pues todo hacía parte de protesta contra el Gobierno mexicano.
Un grupo de seis personas, cuatro hombres y dos mujeres, ingresaron a la estación Allende asegurando que no tenía otra forma de transportar el féretro.
Usuarios de las redes sociales aseguraron que se trataba de una “familia sin recursos económicos, que no tenía para pagar el flete del coche fúnebre”, pero los dueños del ataúd desmintieron esa versión.
Varios viajeros entran al metro con un ataúd porque no tenían dinero para pagar otro transporte pic.twitter.com/HgArETm45s
— De La Casa De Edom (@obedlopezz) November 9, 2017
“La gente se espantaba, yo les decía: está vacío, está limpio, está nuevo”, contó Moisés Luna, en entrevista concedida a Univisión.
“Pedimos permiso, pagamos nuestro boleto, incluso, la caja pagó boleto”, añadió.
Los administradores de cementerios se reunieron frente al Congreso para impedir que los peatones privados sean públicos, mediante un proyecto de ley, y "evitar que se vuelva un negocio".
Luna asegura que no hizo nada ilegal, pero las autoridades locales confirmaron que van a tomar medidas disciplinarias contra el policía que los dejó ingresar a la línea dos del metro.