Elizabeth Wettlaufer les administraba altas dosis de insulina. Su revelación cerró así uno de los peores casos de homicidios en serie de ese país.
Wettlaufer, esposada en una celda en la sala del tribunal, respondió sencillamente "sí" cuando un juez le preguntó si había perpetrado los asesinatos premeditados, y también admitió otros cuatro intentos de homicidio y dos agresiones.
El tribunal escuchó también que Wettlaufer había sufrido una cólera extrema a lo largo de su carrera laboral y de su vida.
Esta exenfermera disipó cualquier especulación de que hubiera actuado en nombre de los pacientes, al afirmar que sus víctimas no consintieron que les administrara una sobredosis de insulina.
Canadá legalizó el suicidio asistido por personal sanitario cuatro meses antes de que Wettlaufer fuera arrestada en octubre de 2016.
La pequeña mujer de 49 años, corpulenta y con gafas, se enfrenta ahora a la cadena perpetua.
Asesinatos de ocho hombres y mujeres de entre 75 y 96 años se perpetraron entre 2007 y 2014 en dos unidades de cuidados de la provincia de Ontario (noreste), donde trabajaba Wettlaufer, que normalmente hacía turnos de noche.
El caso salió a la luz después de que confesara por internet y se lo contara a un psiquiatra, que se lo contó a la Policía.
Updated: junio 01, 2017 06:43 p. m.