También lo son unas profesoras que, en pleno susto, cantaron a sus pequeños alumnos para calmarlos. Y un hombre que lloró al ver la solidaridad de su pueblo.
Y es que como puede, incluso a empujones, la vida se abre paso en medio de la muerte en tragedias como la que enluta a México.
Una madre que estaba en labor de parto en el momento del terremoto, por ejemplo, dio a luz en la calle. Minutos antes había sido evacuada de un hospital, en el estado de Morelos. Médicos y enfermeras, aún asustados, se llenaron de valor y la atendieron en plena vía pública, frente a todos.
Vi cuando nació un bebé afuera del IMSS de Plan de Ayala, después del sismo pic.twitter.com/ZR0ZzoUA4h
— Marcela García (@MarC_GRcia) September 19, 2017
Y no fue la única muestra de valor. Unas maestras distrajeron a sus alumnos y les dijeron lo que cualquier persona en una situación similar quisiera escuchar: "todo estará bien".
México no se quedó en el piso, se puso de pie y dio muestras de grandeza. La solidaridad y el amor brotan por montones. Entre lágrimas, un hombre relató cómo, en un supermercado, cada cliente quería ayudar a los damnificados.
"No puedo dejar de llorar. No hay una sola persona en las cajas que no esté comprando ayuda, y me da mucho orgullo ser mexicano. Hay dolor por lo que estamos pasando, pero qué bonito es México, carajo", dijo.
Un país no se define por una tragedia, sino por la fuerza de su pueblo para superarla. México lo sabe muy bien. #FuerzaMéxico