El hombre, de origen hondureño, que habría llevado a las mujeres y a algunos de sus amigos a la embajada fue identificado como Jorge Mendoza.
Según informó el periódico, el embajador Carlos Humberto Rodríguez le dio llaves de la sede a Mendoza dada la confianza que le tenía.
Incluso señaló que el embajador instaló al hombre "en una habitación ubicada en el área de la lavandería" y tras conocerse del escándalo "se lo llevó a vivir a su casa".
El bochornoso hecho tuvo lugar el 20 de diciembre pasado, cuando el empleado "argumentando que se sentía solo, se reunió con unos amigos colombianos y salieron de fiesta por la ciudad", señala el medio hondureño. "Recogieron a varias prostitutas y las llevaron para la oficina diplomática", agrega.
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La publicación indica que las mujeres "hicieron sus necesidades fisiológicas en la oficina del propio embajador" y se robaron "computadoras, así como varios teléfonos móviles y otros equipos".
El personal de la legación, continúa, encontró al día siguiente las oficinas "abiertas de par en par, había latas de cerveza, papeles regados por todos lados y evidencias de la práctica de una orgía. Incluso en el sótano yacía un colombiano que todavía estaba borracho, mientras que en una habitación en el área de lavandería dormía plácidamente Mendoza, el responsable del desastre".
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El Heraldo advirtió del riesgo en el que este empleado puso la seguridad de Honduras, ya que cualquier delincuente "pudo haber pagado a una prostituta para que sedujera al amigo del embajador para entrar a la representación y robar información vital sobre investigaciones".
El diplomático aún no se ha pronunciado por la denuncia.
Agentes del Servicio Secreto de EE. UU. protagonizaron un escándalo similar en abril de 2012 en Cartagena, poco antes de que iniciara la Cumbre de las Américas, cuando llevaron a damas de compañía al hotel donde se hospedaban.
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