Más de mil bomberos combaten sin descanso las llamas, causadas por las altas temperaturas en la península ibérica.
"Nuestro dolor es inmenso, como nuestra solidaridad con las familias de la tragedia", declaró el domingo por la noche el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, todavía conmocionado por el siniestro más mortífero de la historia reciente de Portugal.
"Tenemos una sensación de injusticia, pues la tragedia ha afectado a esos portugueses de los que se habla poco, de una zona rural aislada", añadió.
El último balance oficial era de 64 muertos y unos 60 heridos, incluyendo cinco en estado de gravedad, un niño y cuatro bomberos. Pero las autoridades no descartan encontrar otras víctimas en los pueblos devorados por las llamas.
En las colinas situadas entre las localidades de Podrogao Grande, Figueiro dos Vinhos y Castanheira de Pera, que 24 horas antes del fuego estaban tapizadas de eucaliptos y pinos, la devastación era total en las áreas quemadas.
Según las autoridades, gran parte de las víctimas murieron en sus vehículos al verse rodeados por las llamas cuando circulaban por la nacional 236 que enlaza Figueiro dos Vinhos con Castanheira de Pera el pasado sábado.
“Un infierno”
"Era verdaderamente un infierno. Creí que había llegado el fin del mundo. Creí que no iba a salir viva", contó a la televisión portuguesa Maria de Fatima Nunes, que fue rescatada.
Se descubrieron cuerpos en viviendas situadas en zonas aisladas. Al menos tres pueblos cercanos a Pedrogao Grande fueron evacuados.
La mayoría de las víctimas identificadas "murieron en su casa, que no habían dejado a tiempo", subrayó el primer ministro, Antonio Costa, instando a la población a respetar las órdenes de evacuación.
"Si dejo mi casa, todo arderá, pues no tenemos a nadie que nos ayude", declaró Fernando Pais, un agricultor de 50 años que vivía con su mujer y su hijo en Trespostos, una aldea próxima al pueblo de Campelo.
La familia Pais no quiso abandonar su vivienda y desde hace más de 24 horas lucha sola contra las llamas con una simple manguera.
"Conocía a varias víctimas. Una de mis colegas perdió a su madre y a su hija de cuatro años porque no logró sacarlas de la parte trasera del coche", dijo Isabel Ferreira, de 62 años, habitante de una localidad de la zona.
Causas de la emergencia
La policía judicial "pudo determinar que una tormenta seca causó el incendio", descartando la pista criminal, tras haber hallado un árbol alcanzado por un rayo.
Cuatro aviones contraincendios tipo Canadair españoles y otros tres franceses llegaron el domingo para ayudar a los bomberos portugueses. El lunes, llegarán dos aviones españoles y dos italianos, así como refuerzos terrestres, en el marco del mecanismo europeo de protección civil, activado a petición de Lisboa.
Por su parte, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, prometió a Lisboa "toda la ayuda necesaria" para combatir el fuego.
Updated: junio 19, 2017 08:10 p. m.