La guerra no es un juego de niños. Si alguien tiene dudas de esa frase, debe ver la foto de este menor sirio que, inocente y frágil, resultó herido en un bombardeo.
Su nombre es Omran y, a sus cortos cinco años de edad, escuchó de cerca la muerte. Las bombas cayeron en el edificio en el que estaba, en Alepo, y lo destruyeron.
Milagrosamente, el pequeño sobrevivió y alcanzó a ser rescatado por los servicios de emergencia.
Sentado en una ambulancia, en estado de shock, sin entender el por qué de la guerra, Omran solo atinó a llevarse las manos a su rostro.
Su silencio, en medio de los gritos que había alrededor, es más que diciente:
Updated: agosto 18, 2016 02:38 p. m.