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Masacre en colegio de Texas: niña se untó sangre de compañera y se hizo la muerta

La menor, de 11 años, tomó esta decisión por miedo a que el atacante regresara y la matara. Así vivió el momento del tiroteo.

miah cerillo masacre texas
Salvador Ramos le dijo a una maestra "buenas noches", antes de dispararle, contó la niña Miah Cerillo.
CNN

El dolor por los 19 niños y dos maestras asesinados por Salvador Ramos en la escuela primaria Robb, en Texas, sigue recorriendo Estados Unidos, especialmente por las historias de sobrevivientes y sus familias, que apenas están asimilando esta horrible matanza de vidas inocentes.

Lacadena CNN conoció la historia de Miah Cerillo, quien le contó a su madrina Blanca Rivera cómo vivió ese fatídico 24 de mayo, cuando junto a sus compañeros de clase veía la película ‘Lilo y Stich’.

La normalidad de un día cualquiera se vio interrumpida por Salvador Ramos, quien entró armado a la escuela. Cuando la maestra de Miah corrió a cerrar la puerta para que no ingresara, ya él estaba allí disparando por la ventana, señaló Rivera.

La pequeña tuvo que presenciar cómo Ramos asesinaba a la docente. Contó que el joven miró a los ojos a esta mujer y, tras susurrarle “buenas noches”, le disparó.

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El atacante siguió disparando, pero no se detuvo a ver a las víctimas y atravesó una puerta para ir a un salón contiguo. Cuando Miah sintió que se había alejado, tomó el teléfono de su maestra y llamó al 911 para alertar de la masacre, según la mujer.

Motivada por el miedo de que este joven regresara, entró en modo supervicencia, señala la madrina, y decidió llenarse las manos con la sangre de una compañera muerta y la untó sobre su cuerpo para hacer creer que también había fallecido.

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Aseguró Rivera a CNN que su ahijada le contó que el tiempo que demoraron las autoridades en controlar la situación lo sintió como si se hubiera extendido por tres horas.

Los padres de Miah empezaron a recolectar fondos para pagar un tratamiento, pues la niña quedó con un trauma psicológico.

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