Anunció en un comunicado que Thomas Markle, de 73 años, se dedicará a "concentrarse en su salud". Sería la madre quien la lleve al altar.
"Desgraciadamente, mi padre no asistirá a nuestra boda. Siempre he querido a mi padre y espero que se le dé el espacio que necesita para concentrarse en su salud", dijo la prometida en un documento difundido por el palacio de Kensington.
"Me gustaría dar las gracias a todos los que me ofrecieron generosos mensajes de apoyo. Por favor, sabed lo mucho que Enrique y yo deseamos compartir nuestro día especial con vosotros", concluyó Markle en su breve comunicado.
La actriz no reveló si el padre fue operado del corazón el miércoles, como afirmó el medio estadounidense TMZ.
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Resta ahora saber quién llevará al altar a la novia, y todo apunta a que lo hará su madre, que sí asistirá a la ceremonia.
El padre de Meghan Markle se vio atrapado en la relación compleja, y a veces amarga entre la prensa y la familia real británica.
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Su presencia hubiera estado precedida del escándalo de las fotos que se prestó a escenificar sobre sus preparativos para la boda, pese a que se había quejado del acoso de la prensa.
El asunto es un desastre para el palacio, que hasta ahora había conseguido dominar la información de la boda con sus anuncios inofensivos y bien encadenados sobre el pastel, las damas de honor o el programa de la jornada.
Markle vive en el pueblo mexicano de Rosarito, cerca de San Diego, al otro lado de la frontera con Estados Unidos.
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