
Rusia denunció en días pasados el alto número de mercenarios colombianos en filas de las Fuerzas Armadas de Ucrania. "Constatamos con gran pesar que el número de colombianos que viajan a Ucrania para participar como mercenarios en operaciones militares contra las tropas rusas sigue siendo alto", dijo el embajador ruso en Bogotá, Nikolái Tavdumadze, citado por la agencia RIA Nóvosti.
El diplomático denunció previamente que Ucrania está reclutando mercenarios mercenarios a través de su embajada y en violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. La Justicia rusa ha impuesto en los últimos años diversas condenas contra extranjeros a los que acusa de combatir para el Ejército ucraniano, tanto en ausencia como a soldados capturados.
El pasado 10 de junio se informó de un ciudadano colombiano condenado a 28 años de cárcel por combatir en Kursk del lado del bando ucraniano. A finales de agosto de 2024 el Servicio Federal de Seguridad (FSB) abrió casos penales contra otros dos colombianos -José Aaron Medina Aranda y Alexander Ante-, acusados de participar como mercenarios en las filas del ejército ucraniano.
Colombianos se unen a la lucha de Ucrania contra Rusia
En un campo de entrenamiento boscoso en la región ucraniana de Járkov, en el este del país, un grupo de hombres uniformados, muchos con parches que los identifican como colombianos, escucha atentamente a su instructor ucraniano. Son parte de la unidad 'Guajiro', un contingente de combatientes extranjeros dentro de la Brigada Jartia de la Guardia Nacional de Ucrania.
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"Es muy importante aprender cada día un poco más para tener en el campo de batalla la certeza de hacer las cosas de la mejor manera", dice a un soldado con el alias 'Pangos', mientras su grupo practica habilidades militares recién adquiridas. Exinfante de Marina colombiano, 'Pangos' oculta su rostro: solo su familia cercana y algunos amigos saben que está combatiendo en Ucrania.
Muchos en su país saben muy poco sobre la guerra, y el Gobierno colombiano lo considera un mercenario, explica. "Llevo un año en Ucrania, soy soldado voluntario y vine a ayudar", subraya. Este colombiano sigue la situación de Ucrania desde la anexión ilegal de la península de Crimea por parte de Rusia en 2014. Aunque deseaba unirse al Ejército ucraniano tras la invasión rusa a gran escala de 2022, esperó hasta que su hija pequeña fuera mayor.
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Antes de integrarse recientemente a la Brigada Jartia, 'Pango' conducía un vehículo blindado de infantería en otra brigada cerca de Pokrovsk, en la región oriental de Donetsk, donde su unidad sufrió numerosas bajas. Su salario allí era menor que en Colombia. "No fue importante para mí ganar dinero. La idea era apoyar" a Ucrania, enfatiza.
Señala que las unidades de élite de Rusia han sido diezmadas tras tres años de guerra, pero que el número de enemigos sigue siendo muy alto. Afortunadamente, afirma 'Pangos', no está solo: "hay miles de personas fuera de este país (Ucrania) que están en contra de eso y por eso estamos acá", subraya, y agrega que los locales se lo agradecen encarecidamente cada vez que va a la ciudad durante sus permisos.
La Brigada Jartia, que se enorgullece de aplicar estándares de la OTAN y de emplear la guerra robotizada, comenzó a reclutar combatientes extranjeros, incluidos colombianos, hace más de un año para reforzar sus filas con soldados capacitados y comprometidos. "Están muy motivados. Entienden la naturaleza de esta guerra, por qué están aquí, y tienen muchas ganas de mejorar”, dice su instructor ucraniano, apodado 'Lulka'. Rusia ha considerado a muchos reclutados como "mercenarios.
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La página web en español de Jartia detalla las condiciones del servicio, y muchos nuevos reclutas se enteran de la existencia de la unidad 'Guajiro' por recomendaciones o a través de redes sociales como TikTok. Adaptarse a la cultura, la comida y el clima de Ucrania lleva tiempo, al igual que adaptarse al tipo de guerra que se libra en el país invadido, que depende fuertemente de artillería y drones, a diferencia de sus experiencias previas en Colombia. A pesar de tener experiencia militar o policial, los soldados reciben entrenamiento para dominar acciones coordinadas en estas condiciones.
MATEO MEDINA ESCOBAR
NOTICIAS CARACOL
*Con información de EFE