Desde octubre del año pasado la Fiscalía de Suiza adelanta una investigación para conocer quién fue el tremendo olvidadizo que dejó esta gran cantidad del metal precioso en un trayecto de las ciudades de San Galo y Lucerna.
Han pasado casi ocho meses, pero no ha sido posible dar con el paradero del dueño y, por eso, tomaron la decisión de hacer público el hallazgo de este botín, que podría estar avaluado en una cifra cerca a los 200 mil dólares.
No es claro si el valor de los lingotes será calculado en el precio que para octubre tenía el oro, que era de 50.000 dólares el kilo, o si se tiene en cuenta el actual, que subió a unos 56.000 dólares.
Lo que sí es un hecho es que el dueño debe aparecer antes de cinco años o, de lo contrario, se tomará como una propiedad expropiada.
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