Por octava y última vez, Barack Obama obsequió la noche del sábado en Washington chistes ácidos sobre los medios, los republicanos y, particularmente, sobre Donald Trump al animar la cena de gala anual de los corresponsales de la Casa Blanca.
"Es un honor estar en mi última vez, y tal vez la última cena de corresponsales. Ustedes tienen un aspecto radiante; la República en su final nunca tuvo un aire tan radiante", lanzó como introducción a un discurso tradicionalmente sarcástico.
Para esta cita convertida en imprescindible y que se ofrece para agasajar a los corresponsales de la Casa Blanca pero a la que asisten también políticos y actrices, el comandante en jefe debe hacer reír repasando la actualidad del año.
"El año que viene tendremos un nuevo presidente, aunque no sabemos quién va a ser ella", dijo aludiendo directamente a Hillary Clinton, y saludando de paso a Bernie Sanders, el único candidato presidencial presente en la cena, como "el rostro más joven del Partido Demócrata".
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"Estoy apenado, Bernie, de que te hayas distanciado de mí. Eso no se le hace a un camarada", le dijo al senador aspirante a la Casa Blanca, a menudo etiquetado de comunista.
Pero el presidente no dejó de lado a la señora Clinton y las muchas polémicas en torno a su edad: "Hay que admitirlo: Hillary, tratando de seducir a los jóvenes, es un poco como una tía vieja que se hace una cuenta en Facebook".
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¿Qué estará haciendo Donald?
Pero el plato principal de la actuación de Obama fue el multimillonario Trump, que este año faltó a la cena de la que era un asiduo comensal.
"Estoy un poco dolido por su ausencia", dijo de entrada Obama. "Nos divertimos mucho la última vez... y es sorprendente: tiene aquí un salón lleno de partidarios, celebridades, cámaras, y dice que no. ¿Será que esta es una cena demasiado chabacana para los Donald? ¿Qué podría estar haciendo y diciendo? ¿Estará ahora en casa comiendo un filete Trump? ¿Tuiteando insultos a Angela Merkel?, se preguntó Obama.
A continuación, alabó el conocimiento en política exterior del favorito en la carrera por las primarias republicanas: "Ha pasado años reuniéndose con líderes de todo el mundo: Miss Suecia, Miss Argentina, Miss Azerbaiyán", una alusión a las competiciones de belleza que presidió el magnate como propietario del Miss Universo.
Obama también lanzó sus dardos hacia la prensa por dar tanta cobertura a Trump, "una cobertura acorde a la seriedad de su candidatura. Tienen que estar orgullosos de ustedes mismos", ironizó entre las risas de la audiencia.
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Y claro, también tomaron de esa medicina los republicanos, que ven estupefactos cómo se afianza la candidatura de Trump. Al dirigente del partido, Reince Priebus, Obama le aconsejó "seguir así". "Felicidades por todo el éxito. El Partido Republicano, el proceso de nominación... todo está yendo bien. Sigan así".
En un tono más serio, rindió tributo al excorresponsal en Teherán de The Washington Post Jason Rezaian, liberado en enero tras haber pasado 18 meses en prisión en Irán.
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Sobre el aumento de su popularidad cuando está cerca de terminar su segundo mandato consecutivo, Obama se permitió hacer una referencia a su consumo de marihuana cuando era estudiante. "La última vez que volé así de alto, estaba tratando de decidir en qué iba a especializarme en la universidad", dijo.
Al final de su show, dejó caer su micrófono con estas palabras: "Obama out" (Obama, se acabó), un gesto de las estrellas de la cultura pop que quiere decir que la actuación ha sido tan buena que no hay nada más que añadir.