La testigo se tiró al agua sin dudarlo y rescató a Bella. Un chip de identificación fue clave para hallar a los culpables.
Un hombre y una mujer, de 32 y 31 años, fueron detenidos y acusados de poner una enorme piedra a la perrita -de raza pastor belga- para posteriormente deshacerse de ella arrojándola al río Trent, en Inglaterra.
La Policía de Newark informó que una buena samaritana decidió lanzarse al agua para sacar a Bella. Ella se dio cuenta que la perrita estaba viva y que valía la pena entrar al río para salvarle la vida.
Un chip instalado permitió conocer que Bella era su nombre y otros datos que llevaron hasta la pareja.
Servicios de emergencia se hicieron cargo de la situación.
"Nos complace decir que a Bella le está yendo bien en atención veterinaria y planeamos encontrarle un hogar de acogida pronto", explicó un portavoz de RSPCA, entidad dedicada a atender casos de crueldad animal.
La pareja quedó en libertad, pero la investigación para un posterior castigo continúa en curso.